jueves, diciembre 29, 2005

Especial Fin de Año (II)

Hoy para Abril
I. Pensaba dividir estas reflexiones en tres partes, pero estuve demasiado ocupado y van a ir en dos, y la trilogía me quedará en bilogía. Así que por favor disculpen la extensión de este post; prometo para el 2006 escribir con más brevedad. II. Jueves Poesía Y bueno, alguna vez tenía que llegar el momento. Les voy a presentar un poema mío, escrito en un infinitamente lejano año 2001. Algún día les contaré todo lo que pasó en ese año. Hoy, les dejo esto. la belleza durmiente nube bajo las sábanas blanco contra blanco un perdido rayo de sol te toca y me deslumbra tus ojos mirando hacia adentro tu cuerpo se estremece hundido en el sin par terror de un sueño te acaricio la frente suave huelo tu aroma pétalo de jazmín te calmas aparece el reflejo de una sonrisa estarás sonriendo en tu sueño y otra vez tranquila vuelves a la oscuridad mientras yo te velo nube bajo las sábanas leve y blanca, leve y blanca III. La Navidad estuvo buena. La pasamos con mi hermana, su marido, y parientes de él. Además vino mi tía Nelly de Santa Teresita, un fenómeno. Rescato esta foto en la que mientras mi hermana Carolina amenaza emborracharse con una sidra, un servidor hace lo propio con una gaseosa Axis ($1 los dos litros y cuarto). IV. Poco fui al cine, pero mucho vi en VCD, el formato trucho por excelencia. Ayer hablaba con mi mamá acerca de que mientras las leyes y las organizaciones artísticas tratan de impedir las copias ilegales y su comercialización, la tecnología de consumo cada vez incita más a la piratería. Hoy se consiguen discmans que reproducen mp3 y VCD, y mi hermana puede ver archivos DivX en su DVD. Un video VCD bien hecho rivaliza en calidad de imagen, aunque no de sonido, con un DVD, y sale mucho más barato; además, no hace falta una computadora de la NASA para verlo. De todo lo que han contemplado mis ojitos, me quedo con tres películas: El Efecto Mariposa, con Ashton Kutcher, Final Fantasy (ya comentada aquí) y La casa de las dagas voladoras (en el cine, hermosa, impresionante). Hablo de El Efecto Mariposa más adelante. En cuanto a La casa de las dagas voladoras, es una película de artes marciales deslumbrante como El tigre y el dragón, y una historia de amor desgarradora. Moraleja final: El amor verdadero siempre muere. Pero es tanto lo que no he podido ver. V. La memoria es lo que más he ejercitado este año, en el que muchas veces tuve que escapar de la cruenta realidad para irme hacia otra parte. Por eso me han fascinado dos relatos que tienen que ver de forma directa con la memoria. En El Efecto Mariposa, el protagonista lleva un diario desde su infancia y al crecer se da cuenta de que cuando lee un fragmento vuelve allí y puede cambiar los hechos... pero al volver las consecuencias de ello son impredecibles. Una película impresionante, con matices oníricos. Muy buena la actuación de Kutcher, el flamante marido de Demi Moore, el insoportable Kelso en That 70’s Show. La otra pelicula en cuestión se llama The final cut (no sé su título en castellano) y la protagoniza un amargado y sorprendente Robin Williams. El tipo es montajista, de ahí el cut, corte, del título, pero no hace montaje de cine, sino de recuerdos. Porque en la ficción de la película, que transcurre en un presente alterno, a la gente se le inserta un chip desde bebés que registra todas las imágenes y sonidos hasta la muerte del portador. En ese momento, se extrae y un montajista, o editor, “arregla” la película y se exhibe a los familiares, que pueden contemplar la vida del occiso (cual dicen que pasa frente a tus ojos toda tu vida justo antes de morir). Williams es el mejor de todos los editores... hasta que se enfrenta con su propio pasado. Las dos películas tienen visiones disímiles en el valor que se le da a la memoria. En la primera, los recuerdos son lo único que puede cambiar el presente; en la segunda, se ha convertido en un valor comercializable y la gente reacciona, hay grupos subversivos anti implantes. ¿Y yo? A veces me gustaría que ambas fueran verdad. Que recordar con la suficiente intensidad nos haga volver a vivir el pasado, y que podamos volver a ver todo como en una película. Si Borges tiene razón, si el idealismo es una postura válida para explicar el universo, si creamos las cosas con nuestros pensamientos, si como afirman los teósofos hay un Akasha o memoria del universo... VI. Ayer, 28 de diciembre de 2005, acompañé a mi tía a Escobar. Allí está enterrado lo que mi tío dejó al morir: unos huesos, jirones de ropa, oligoelementos que ya se deben haber integrado al humus. Etcétera. Personalmente, estoy seguro de que la esencia de mi tío desapareció al morir. Pero si mi tía piensa distinto, y cree que el cuerpo de mi tío resucitará en el Juicio Final, no soy quien para contradecirla. Así que a las nueve de la mañana, ya con 27 grados, tomamos el tren hacia Constitución. Resumo la odisea: tren a Constitución - colectivo 98 a Once - micro Chevallier a Escobar - colectivo local hasta el cementerio (después de pizza, pepsi y pispear algunas muchachas de la zona, bastante potables). A la una de la tarde, el sol caía sobre nosotros con toda la fuerza de los rayos cósmicos, taladrándonos el cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo. Era la hora en que las lagartijas duermen la siesta... El cementerio en sí me decepcionó. Es feo, Tiene sus particularidades, como que las tumbas de tierra están en el centro de regiones delimitadas por panteones, algo que no había visto, ya que generalmente ambas cosas suelen estar separadas. Lástima que sólo encontré un (¡1!) panteón digno de la foto. La vuelta fue tan terrible como la ida, y duró cerca de tres horas. En total, seis horas de viaje para estar alli dos horas y media. Pero cumplimos. VII. El segundo semestre del año estuvo marcado por mi trabajo con Robert. Ya sabía que sería temporal; no me imaginaba que la iba a pasar tan bien. Aprendí un montón de cosas acerca de programación web, caminé miriámentros de veredas porteñas, conocí la diferencia entre la madera de pitá y la de guatambú, hice amigos nuevos de muchas partes. En fin, estuvo bueno. Fue una de las cosas rescatables de 2005. VIII. ¿Qué es un blog? Después de un año y medio de jugar este juego, de ver cientos de blogs diferentes de todo el mundo, de romperme la cabeza con detalles de programación, estética y sobre todo de contenido, todavía no sé lo que es. Mi formación fue periodística y aún me cuesta sacarme de la cabeza la división básica de gráfica, radio y televisión. Aún busco que lo que hay en Internet se acomode en alguna de estas tres categorías. Pero los blogs son algo nuevo, algo distinto. Provocan efectos extraños. A mí, por ejemplo, me inquieta profundamente el blog de mi amigo Bob Chow (O Comments), de una manera que ninguna novela de Lovecraft lo ha hecho. Y me entristece profundamente, por razones harto distintas, principiodeincertidumbre. Del mismo modo, la mayoría de los blogs operan con mis emociones más que con mis pensamientos. Arriesgo una definición, incompleta y tal vez insensata: en un blog mostramos lo más íntimo de nosotros, un diario privado destinado a la publicidad; nos arrancamos las vísceras para ponerlas en bellos marcos y repartimos entradas para la exhibición a amigos, enemigos y desconocidos. No sé qué vendrá después con el avance inmisericordioso de la tecnología, pero hoy día el blog es el fenómeno cultural más importante, muy por encima de los anquilosados mass media y de las artes narrativas. No es lo mejor, pero es lo más importante, y es lo que hay. IX. Todas las grandes obras literarias de la antigüedad comienzan invocando a las musas o divinidades tutelares, que le dictan las palabras al mortal, mero instrumento o copista. El mismo Martín Fierro pide a los santos del cielo que aclaren su entendimiento. Hace un par de dias escuché un tema musical que arranca con una invocación, la más enigmática que conozco. Es una canción de amor, de amores perdidos y recordados. Pero, ¿cómo puede comenzar así?: ¡Fantasmas!, traigan más asado, que veinte años no son nada, y acá todavía queda fuego. Astonishing, como dicen los ingleses. X. Abro y cierro el círculo invocando a mi propia divinidad, a la estrella que rige mi vida y que muchas veces fue lo único que me salvo de la disgregación. Abril, hija mía, momento absoluto, solución perfecta de 1/0: te amo. Esto, todo esto, cada momento, cada palabra, cada acento, cada sístole y diástole, todo esto es para vos. Que sean felices, no sólo en esta fiesta de Fin de Año, sino siempre, en toda su vida, cuando las bengalas se apaguen y no haya más champagne (cito a Abba, je je je). Les envío océanos de amor.

viernes, diciembre 23, 2005

Especial Fin de Año (I)

Hoy para Caro
23 de diciembre del 2005. En ocho días chocan los planetas y nos quedamos en blanco. Creo no equivocarme si afirmo que a todos nos han pasado miles de cosas durante estos largos días. Mi propósito, a lo largo de estas misceláneas, es hacer un inventario de lo que haya quedado en mis bolsillos. Lo bueno, lo malo, lo feo. Lo horrible, lo triste, lo magnífico. I. Viernes Poesía Insoslayable costumbre de este blog. Hoy escribe para nosotros Horacio Armani, a quien conocí personalmente en la Feria del Libro 2003. Un capo. Elementos de la nostalgia Al sur de esta región vuelan los pájaros pero la tierra es seca y cenicienta y las ramas de los árboles suenan a chatarra entre el viento. Oh pájaros, volad con alegría: alguien habrá compadeciéndome. Como premonición de algún deseo las nubes arrastran la arena de los médanos: cimbran los cardos con esqueletos de sonidos, todo es una lujuria lentísima que socava. Vientos, pastos, caldenes solitarios, arrancad esta aguja clavada en mi corazón, haced que deje algo menos inútil que mi paso: una gota de sangre, una gota de sangre sola, una sola gota que sea como la sangre de la nada. Quisiera vivir mi vida entera aquí, quisiera morir mi vida entera aquí, morir mi muerte entera y sin destino, mi muerte coronada como lo único purísimo, lo único seco y solo con su fruto salvaje, la herrumbre de algo que debió ser espléndido y para lo cual me sentí concebido. (de La vida de siempre, 1958) II. Dije hace mucho que soy un desvergonzado consumidor de canciones pop. Que mis amigos se deleiten con Ute Lemper y Billie Holliday; yo pongo en mi computadora un disco de inéditos de La Oreja de Van Gogh y escribo esto, mientras la noche viene con tormenta. De modo que cuando hable de los mejores del año en música, ya saben a qué atenerse. Este es mi Ránking 2005: Mejor disco - Difícil. Está peleado entre Pájaros en la cabeza, de Amaral, Intensive Care, de Robbie Williams y X&Y, de Colplay. Todas obras maestras en sus respectivos estilos. Image Hosted by ImageShack.us Mejor video - No he visto mucho este año, pero me han gustado especialmente los de Tripping (Robbie Williams) y Fix you (Coldplay). Mejor canción - El universo sobre mí, de Amaral, fue hasta mediados de año el mejor tema, lejos. Pero en septiembre escuché Tripping y se llevó mi corazón. A esto añadámosle Advertising Space, también de Robbie Williams, Swallowed in the sea, de Coldplay, y la bellísima y triste balada You’re beatiful, de James Blunt. (A propósito, si alguien tiene esta canción en mp3, ¿no me haría el favor de mandármela a mi mail: yomarce@gmail.com? Gracias por hacerme amargamente feliz.) Image Hosted by ImageShack.us Éste fue para mí un año muy particular en cuanto a la música, ya que escuché muy poca radio en comparación con 2004 (mi favorita es la Disney, por si les interesa), y en cambio bajé montones de cosas de Internet. Maravillas nuevas y perlas antiguas, injustamente olvidadas. Les recomiendo, si pueden conectarse al eMule, estas joyas: True Colors, de Cindy Lauper, un álbum clave de los 80; Una pequeña parte del mundo, el segundo larga duración de Amaral, que incluye Cómo hablar y Los aviones no saben volar; Time, disco de Electric Light Orchestra de 1981. A ver qué opinan de todo esto. III. En 2005 hice tres viajes llevado por la curiosidad. No muy lejos: acá nomás, en la provincia de Buenos Aires. El primero a Laprida, en mayo. El segundo a Azul en septiembre y finalmente a Luján un ya lejano primero de octubre. Confirmé que la provincia es hermosa, que la llanura tiene su encanto, que allí, en cualquiera de esos pueblos o en otro similar, quisiera ver el atardecer cada día. Las grandes ciudades son muy atractivas, pero cambio sin dudarlo todos los cines del centro, todas las pizzerías, todas las casas de computación, por cuando Nazareth me ayudó a levantar una lápida en el cementerio de disidentes de Azul, o por las cervezas que nos tomamos aquella noche con Juan y Marcelo en Laprida. IV. Esquivo me ha sido el amor este año. Divorcio, peleas, complicaciones han ocupado mis horas. Y la que amo no llamó nunca, y a esta altura no sé muy bien qué hacer. ¿Cuál es el tiempo exacto que tenemos que esperar? ¿Hay algún manual, alguna página de Internet con tutoriales al respecto? El corazón, ¿cuánto se estira? Image Hosted by ImageShack.us V. El miércoles terminó una época singular de mi vida, que fue muy breve. De lunes a viernes durante un mes fui a City Bell, mi viejo barrio, a dar clases de apoyo a algunos chicos. Son, aunque les lleve muchos años y me paguen por lo que hago, mis amigos. Los veía cada tarde y tomábamos Pepsi o mate. A veces había agridulces Don Satur (que con el agua Ser Citrus constituyen dos fabulosas creaciones de la humanidad equiparables a la bomba atómica o la cataforesis); una tarde de lluvia comimos tortas fritas. La lista de materias fue larga. Tuve que enseñar, o ayudar a entender, cosas como: Historia Argentina contemporánea (maravillosa), Química (que volvió a enamorarme), Matemáticas y Física (sin palabras), Lengua, Literatura, Inglés e, incluso, el funcionamiento de diversas máquinas de laboratorio. Ya estoy para el Imbatible, ¿nocierto? Volvía para casa todas las tardes a las siete, que es la mejor hora del día en esta época, cuando arranca el ocaso. Una vez hubo tormenta, y saqué algunas fotos. Image Hosted by ImageShack.us Image Hosted by ImageShack.us En enero arranco de vuelta con los que rinden en febrero, pero estos días fueron inolvidables. Fui alguien para alguien, y con el vacío que tengo, eso fue importante. Yamila, Gustavo, Daniel, les mando un abrazo muy especial. Mariana: yo también te quiero. VI. Todos los meses del año, y especialmente diciembre, sufren de una especie de aceleración temporal a medida que nos acercamos a fin de mes. Los primeros días, digamos hasta el 20, parecen durar años. Pero de pronto nos damos cuenta de que es 20 y pico, y el tiempo no alcanza para nada. Las hojas del almanaque vuelan y no podemos alcanzarlas. Y con ellas se va el año, y con ellas se va nuestra vida. Vamos a ser un año más viejos, un año más sabios (no todos nosotros), un año más gastados. Una vieja canción inglesa del siglo XVI afirma que Cada día que vivimos es un día que morimos. Entonces, ¿por qué no aprovechar cada uno de ellos como si fuera único? No dejemos que la repetición nos aplaste. Es un deber y una orden, soldados. Navidad: mamémonos, bailemos hasta nos duelan los huesos, olvidemos nuestras pequeñas miserias y abracémonos. Levanto mi copa por todos ustedes. Que mi amor los alcance. Image Hosted by ImageShack.us

miércoles, diciembre 21, 2005

Anuncios

Son épocas de balances, resúmenes y propuestas para todo el mundo. Mantenemos la ilusión que nos ofrece el calendario, de que todo vuelve y no vuelve a empezar, y nos sentamos lápiz en mano para anotar lo que hicimos, lo que no y lo que pensamos hacer (es lo mismo que yo hago cada cumpleaños, pero ahora todos están en la misma). Voy a hacer eso en este blog, a partir del viernes. Pienso escribir un Especial de Fin de Año, a lo largo de tres posts. Incluiré rankings de música favorita, películas, deseos y decepciones que se han acumulado a lo largo de este increíble 2005. Así que este post es efímero y anunciado: el viernes parte hacia la nada. Esperen.

viernes, diciembre 16, 2005

Viernes Poesía IX

Mientras los días Mientras los días descuentan la eternidad del tiempo, yo me acerco a la secreta entraña donde algún día diré mi canto ya sin palabras. Como esas aguas que se estancan en las playas sin poder regresar al líquido jardín donde florece la espuma me demoro, a veces. Dimensión escondida y evidente, extensa y desconocida, casi. ¿Podré decir los encubiertos nombres que mi corazón descubre? Con latidos y espuma construir tu aposento. Otra vez con tu mano de estrellas y espinas ciñes mi garganta y el canto florece sobre la sangre, sobre la carne torturada. Celeste ternura que en enero me rodea mientras los días descuentan la eternidad del tiempo. José Isaacson *** Una amiga me dijo días pasados que este blog se estaba poniendo cada vez más triste. Y bueno.

martes, diciembre 13, 2005

Triscaidecafobia

Cuando cumplí ocho años, entre varias cosas, me regalaron algo que me deslumbró: un diccionario de grandes. Ya no tenía que mirar los dibujos de una enciclopedia infantil; ahora también tenía los dibujos a pluma del grueso volumen de la editorial Sopena para disfrutar. No todo eran dibujos. También había tablas muy interesantes. Una de ellas se refería a las fobias. Me enganchó el sonoro nombre de una de ellas: Triscaidecafobia. Fobia al número 13. Lo curioso es que de grande me aficioné a ese número, y es mi favorito. El 13 de julio nació mi hija, 13 fue la habitación del hotel que me dieron en Azul. A todo esto: feliz Martes 13.

viernes, diciembre 09, 2005

Viernes Poesía VIII

Sí, las rosas y el canto de los pájaros. Toda la hermosura del mundo, y la nobleza del hombre, y el encanto y la fuerza del espíritu. Sí, la gracia de la primavera, las sorpresas del cielo y de la mujer. ¿Pero la hondura negra, el agujero negro, obsesionantes? Sí, Dios, lo divino, a través de la rosa y del rocío, y del cielo móvil de unos ojos, pero el vacío negro, el horror vago y permanente de la sombra? Sí, muchachas en la tarde, niños en los jardines, paisajes que suenan como melodías perfectas, versos de Rilke o de Brooke, entusiasmo generoso de las jóvenes almas capaz de cambiar el mundo, belleza del sacrificio y del ideal, y el amor, y el hijo, y la amistad, ¿pero el vacío negro, el escalofrío intermitente del abismo?
Juan L. Ortiz De El alba sube
(Imagen choreada de Worth1000)

miércoles, diciembre 07, 2005

Donde están las lluvias de ayer

Dónde se fueron esos diciembres, dónde aquellas nubes. Como Manrique: ¿Qué se hizo el rey don Joan? Los infantes d'Aragón ¿qué se hizieron? ¿Qué fue de tanto galán, qué de tanta invinción como truxeron? ¿Fueron sino devaneos, qué fueron sino verduras de las eras, las justas e los torneos, paramentos, bordaduras e çimeras? Dios, cómo se puede estar tan triste.

viernes, diciembre 02, 2005

Viernes Poesía (VII)

E=mc2 Einstein abrió la ventana hacia la noche clara de verano. El universo era demasiado aún para un hombre como él. Qué difícil meterlos en el cerebro; los delicados muros del cráneo le rompía, estremeciendo los agudos, dramáticos finales de los restantes huesos. Extrañamente en ese andar había leyes, pero la Ley era un escándalo secreto una remota lucidez cuyo sentido estaba huyendo desde cualquier lugar hacia ninguno. Se reveló, no obstante,por gracia de este hombre que abría su ventana hacia la noche, una posible síntesis terrestre: cabía en cuatro cifras tan culpables que hacían sospechosa la inasible profundidad del cielo: la muerte quedaba desde entonces liberada como esencial finalidad del cosmos. Joaquín O. Gianuzzi (De Contemporáneo del mundo, 1962) Para todos los amigos que me pidieron algo de Gianuzzi. La de la foto es Abril, claro. Estábamos en el McDonalds donde trabaja Yesi, aunque por esas cosas de la ley de Murphy, Yesi no estaba.

Diciembre

Empezó, y muy bien, con un clima fantástico, uno de mis meses favoritos. Diciembre es el mes de la magia, del fin de muchas cosas, de armar el árbol de Navidad, del fin de las clases, del comienzo del verano, de las vacaciones. Es el mes de la infancia, y después de muchos años he recuperado su belleza. Es, además, el mes de los jazmines. En mi casa duerme el primero, que trajo mi mamá de un jardín lejano. Su perfume irradia el universo.

miércoles, noviembre 30, 2005

Fantasías y finales

Vaya. Hace un tiempo (búsquenme, no tengo ganas de hacerlo yo, además me distrae el perfume de los jazmines pre navideños que entra por la ventana del ciber) hice una breve lista de mujeres imaginarias que han entrado en mi vida, sin diferencia de las reales. A esos nombres, hoy tengo que agregar otro. Se trata de la doctora Aki Ross, protagonista de la película de animación Final Fantasy: The Spirits Within (2001). Es un personaje inolvidable, de una belleza ultraterrena, con una mirada que ve más allá, y claro, no existe. Es mi destino enamorarme de mujeres así, como en el poema de Bécquer: ...—Yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz. Soy incorpórea, soy intangible: no puedo amarte. —¡Oh ven; ven tú! En fin. Alrededor de toda esta belleza hay una película, claro. Una maravillosa película, que pasó por los cines argentinos sin pena ni gloria, en medio de la Fantasía Final delarruísta. Realmente, es una de las mejores películas de ciencia ficción que he visto últimamente, con toda la carga mística que se espera de una obra japonesa. Ah, por si no lo saben, Final Fantasy es una saga de videojuegos nacida en los primeros años 90, que fue aumentando de calidad a medida que los sistemas hogareños incrementaban su capacidad. Las historias fueron cambiando, pero siempre supieron combinar lo profundamente humano con la última tecnología. Eso mismo sucede en la película, que es una película de luchas y guerra profundamente pacifista (como The Thin Red Line, que también vi hace poco, pero más ingenua y mucho más imaginativa). No voy a contar el argumento aquí; sólo diré que tiene que ver con el espíritu que anima a todas las criaturas, aún las inanimadas, y con darse cuenta de que la tolerancia y la comprensión es lo único que puede llegar al ser humano a un entendimiento con el universo. Altamente recomendable. (Y sí, que Principio de Incertidumbre comente los estrenos, yo comento lo que va cayendo en mis manos piratas :P).

lunes, noviembre 28, 2005

Mis Celáneas (IV)

Hoy para Yesi
1. A fines de los 70s, en la revista Anteojito aparecieron dos historietas de ciencia ficción que vinieron como suplemento. En el invierno de 1977 o 1978, salió una historieta francesa en que la nave espacial extraterrestre era como el Obelisco, pero de mármol o cristal. En el verano siguiente (¿o era el otro?) publicaron un especial con todos los personajes de García Ferré. Súper Hijitus, Pichichus y los demás eran abducidos por un OVNI que conducía el Profesor Neurus (je, con ese alias me llamaban mis primos de Río Cuarto). En la revista vinieron semanalmente los muñequitos de los personajes extraterrestes. Yo tenía los cuatro, la mar de bizarros, y los he perdido. ¿Alguien recuerda algo de todo esto? 2. Impresionante ilustración del artista japonés Saeki (click para agrandarla). No me atrevo a publicar otras, más depravadas. Busquen acá, si quieren. (Más que obvia invitación para que todos entren ahí). 3. No me canso de escuchar uno de los últimos discos originales que compré en mi vida: Play, de Moby. Imperdibles son Everloving, The Sky is Broken, My Weakness. No les crean a los salames que desprecian a Moby poniéndolo en el mismo anaquel con los DJs y los cultores del ambient. Hay aquí una sensibilidad inusual de la que en general los artistas electrónicos carecen, y por ello me aburren tanto. Hay canciones de Moby que duelen. 4. En la larga noche del 29 de junio de 2004, dos sueños. En el primero, mi hermana Gaby y yo aparecemos cuidando dos bebés. Tenemos asombro en el sueño, porque esos bebés somos nosotros mismos, de bebés. A continuación, corte y estoy en un auto, probablemente un remís, y nos quedamos en un lugar oscuro como la costa de Punta Lara. En eso un arbusto se enciende y empieza a hablar. Me doy cuenta, con terror absoluto, de que es Dios (la zarza ardiente). Está a varios metros, y está frente a mi cara, las dos cosas al mismo tiempo. Me dice con fuerte voz: Debes volver con tu mujer. Debes dejar a esa chica. El espanto me agarrota el corazón, pero igual le contesto (a Dios, no olvidar el detalle): No. 5. Vera efigie del inmortal Corto Maltés en Camelot (Corrientes casi Uruguay, ciudad de Buenos Aires, precios de afano), para vergüenza de museos de cera de todo el mundo. 6. Después de muchas vueltas y reparos, he decidido empezar la lectura de los tres tomos de El Seños de los Anillos, versión Minotauro (en la que Baggins se traduce como Bolsón, etcétera). Y reconozco que el mundo de Tolkien me ha fascinado como a tantos. Mi principal razón de la negativa a estos libros consistía en mi amor por las historias fantásticas y mi desdén por las maravillosas. Para que nos entendamos, en un relato fantástico lo extraño es un elemento introducido en el mundo normal y que provoca un choque o contraste. En cambio, en un cuento maravilloso, como el de los relatos folklóricos o los cuentos de hadas, tal choque no existe, porque lo extraño es parte del mundo normal, y el interés de la historia pasa por otro lado. Tolkien tuvo la rara habilidad de haber inventado un universo complejo y fascinante, en el que hay seres sobrenaturales, elfos, enanos, trolls, y otras muchas razas, que son el pan de cada día. Pero (y me parece que aquí descansa su originalidad, y por lo que tanto me está gustando) sus problemas están muy lejos de lo que nos sucede a nosotros. Hay guerras y codicias y luchas de poder, pero en general tienen motivos extraños e incomprensibles para nuestro propio mundo. En eso se acerca a Lovecraft, cuyas historias estaban basadas en la premisa fundamental de que las leyes comunes, las emociones y los intereses humanos no tienen validez ni significado a lo largo de todo el vasto cosmos (carta al editor de Weird Tales al enviarle el manuscrito de The Call of Cthulhu, 1927). Aún no termné La Comunidad del Anillo. Haré más comentarios sobre la marcha. 7. El verano destruye mis sinapsis. Quisiera meterme en una cápsula del tiempo y despertar en los primeros días de marzo, cuando al atardecer corre una brisa suave a nivel del suelo, que podés sentir si estás en una plaza y bajás la mano: te estremecés y sentís que algo se terminó. Y muchos árboles ya tienen hojas doradas. O, mejor aún: quisiera que me transportaran a una casa a orillas del mar, lejos del mundo, y bajar cada amanecer para correr por la playa y al final arrojarme a las aguas verdosas. Regresar para desayunar arrullado por las olas y luego escribir todo el día, hasta que llega la noche y volver al mar para nadar de noche. Ese sería un verano perfecto y cuando llegue el otoño no sentiría que perdí el tiempo pensando en cómo no derretirme.

miércoles, noviembre 23, 2005

Viernes Poesía (VI)

Por último Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro, haber atado ciertos hilos de amor y resplandor, haber perdido algo al salir de la casa vacía. Haber estado, haber acompañado, haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón, con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón. No haber cumplido años lejos de sí mísmo, no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí, o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo, pero masticados con tus dientes. No importa ser un objeto más o menos clasificable despreciable por los que deciden, no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido, con todo eso se hace la verdad. No importa ser interrumpido si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin, al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo pertenece a los hombres, y si has podido hablar con esas piedras y acompañar a su casa a alguien en un momento duro de la noche (y vivía tan lejos). No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie ni si al fin estás solo en las salinas de la madrugada haciendo todo lo posible para que salga el sol, para que estos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada que acecha tanta maravila. Raúl Gustavo Aguirre (De Señales de vida, 1962)

Transmisión en cadena

Stephen King dice en From a Buick Eight (Buick 8: Un coche perverso, se llama horrorosamente en castellano) que a veces las cadenas de acontecimientos se enredan e incluso pueden terminar asfixiándonos. En una novela muy anterior, Salem’s Lot (La hora del vampiro, seguimos con las traducciones creativas), cuando habla de cómo se conocieron dos de los protagonistas, escribe que “él se sorprendería de la facilidad con que había sucedido todo, tan simplemente (...) Hacía pensar en un destino que no sólo no era ciego, sino que tenía una visión consciente y poderosísima...”. Es claro que los dos conceptos, la concatenación de los hechos, y el destino con un propósito definido, están íntimamente relacionados. Lo vemos todos los días, si hacemos memoria hacia atrás y pensamos en todo lo que sucedió para que exista este presente y no otro. Lo que hiere nuestro intelecto y nuestra alma es que nosotros solemos ser ciegos. Que la voluntad de ese destino y la nuestra no coinciden a menudo. Que las cadenas de acontecimientos que nos asfixian son invisibles hasta que nos asfixian. Nada de lo que digo es nuevo. No tengo ganas de pasar lista a los filósofos que durante milenios han repasado estos conceptos. Le dejo la posta a principio de incertidumbre, que en su blog mata las horas en esos menesteres. Me interesa en particular cómo las artes narrativas han enfocado el problema. Tal vez la imaginación sea más adecuada en este caso, uno de esos temas que hacen sangrar a la mente racional. Hay un tópico en particular en el que las cadenas de acontecimientos son importantísimas y suelen quedar al desnudo. Me refiero a los viajes en el tiempo. Es de sobra conocido el argumento: A viaja a su pasado, modifica algún suceso, que afecta a otro, hasta llegar a una infinita continuidad temporal; en algún momento las ramificaciones van a alcanzar el espacio temporal originario de A, que volverá a su “tiempo” y no encontrará las cosas como las dejó. (Es interesante que para escribir este pequeño resumen, tuve que usar los verbos en los tres tiempos.) Es lo que en ciencia ficción se llama paradoja temporal. Como el efecto mariposa (una exageración en la que particularmente no creo), pero a lo largo del tiempo. Ya que si el futuro de A cambia, es posible que a) A nunca pueda viajar al pasado por X razones, o bien B) que los cambios sean tan profundos que A mismo ya no exista. Ejemplos de esta clase, que ya aparecieron en mi comentario de la charla del 18 de octubre, sobran. Con sólo ver las tres películas de Back to the Future, basta y sobra para hacer un manual de paradojas temporales. Y hay muchas más. Terminator, Time Cop (gracias PdI), Time After Time, 12 Monkeys. Hay otro efecto que tiene que ver con el tiempo y las sucesiones de hechos que me marea aún más que tales viajes. Se trata de la predicción del futuro. Si nos atenemos a la ciencia, las variables que influyen sobre la realidad son inconmensurables, de modo que ver el futuro es imposible, y no habrá sabio de fuste que no sonría frente a tal posibilidad. Y sin embargo, las profecías existen. Una sola excepción debería bastar para derrumbar un edificio teórico, pero tenemos cientos de ellas, un terremoto de Caucete, un agraviante desafío a quinientos años de pensamiento científico. ¿Cómo puede alguien ver acontecimientos que aún no han ocurrido, con objetos formados por átomos que probablemente estén aún distanciados, formando otros objetos? ¿Dónde, en qué parte del cerebro, se forman tales imágenes? Los viajes en el tiempo, hasta donde sabemos o creemos, nunca han ocurrido todavía (aunque conceptos como nunca y todavía se anulan frente a la posibilidad de tales viajes), pero la gente ve el futuro desde hace miles de años. Y si Dunne tiene razón en An Experiment with Time, todos vemos el futuro cada noche, pero al despertar lo confundimos... En Minority Report, sobre todo en la película de Steven Spielberg, vemos como se ha creado una policía predictiva, que evita los crímenes antes de que sucedan y encierra a los hampones antes de que cometan sus fechorías. El sistema funciona gracias a tres dotados, los precogs, que viven en tanques de aislamiento sensorial que los aleja del mundo. Se procesan las imágenes que reciben y sólo se aceptan las que son coincidentes. En fin. Aceptamos que podemos descubrir cadenas de acontecimientos significantes mirando hacia atrás, pero nos cuesta verlas hacia adelante. Volvemos al principio: el destino no es ciego. Tal es el concepto que prima en la película Serendipity, que pasó sin pena ni gloria por nuestros cines a fines del 2001. Una lástima, porque nos deja con varias ideas rondando. Una de ellas es que no existen las casualidades. Que la voluntad puede doblegar la marcha de las cosas y modelar la realidad como arcilla. Que de todos modos hay otra voluntad superior, llamémosle destino, contra la que no se puede luchar. Hay que ver para dónde sopla el viento, nada más. Cadenas de acontecimientos. De todas las películas en las que el protagonista es el Destino, las que más me han impresionado son Destino Final 1 y 2. En ambas, la historia comienza con una catástrofe en la que por casualidad se salvan algunas personas. Entonces la Muerte de a poco va corrigiendo las cosas. Lo que me impresiona de estas películas es ver cómo hechos aislados se van conectando, de modo que el total es mucho más que la suma de las partes. Alguien pone por descuido té muy caliente en una taza fría. Apoya la taza sobre un monitor. La taza se raja, y un poco de líquido cae en el interior del aparato, suficiente para que un cortocircuito lo haga arder. Y así, hasta que casi todos cumplen con su destino, en el orden exacto con que hubieran debido morir en el holocausto inicial (un avión que explota en la primera, un choque múltiple en la segunda). En Destino Final 2 se introduce un elemento que rompe la serie de hechos, con el fin de que haya un poco de originalidad, pero la trama de la película es muy similar, igual de atrapante que la primera y aún más terrorífica. Cuando aparecieron los títulos, no pude evitar pensar que tal vez nuestra cadena del destino ya empezó, que es muy probable que el hecho inicial de la serie ya sucedió hace mucho. La única diferencia con la película es que en nuestro caso (en las vidas normales, las que transcurren fuera de la pantalla) la cadena es mucho más larga. Claro que si hacemos la suficiente abstracción, el hecho que determinará nuestra muerte ya sucedió y sabemos perfectamente cuál fue: nuestro nacimiento. Que tengan un buen día.

viernes, noviembre 18, 2005

Viernes Poesía (V)

4 El fondo de las cosas no es la vida o la muerte. Me lo prueban el aire que se descalza en los pájaros, un tejado de ausencias que acomoda el silencio y esta mirada mía que se da vuelta en el fondo, como todas las cosas se dan vuelta cuando acaban. Y también me lo prueba mi niñez que era pan anterior a la harina, mi niñez que sabía que hay humos que descienden. voces con las que nadie habla, papeles donde el hombre está inmóvil. El fondo de las cosas no es la muerte o la vida. El fondo es otra cosa que alguna vez sale a la orilla. Roberto Juarroz, de Poesía Vertical (1958)

miércoles, noviembre 16, 2005

Escapar

No estoy viendo mucha televisión, a diferencia de otras épocas de mi vida. O no tengo tiempo, o no me interesa lo que hay, o tengo mejores cosas qué hacer. Bien saben los lectores de este blog que sólo atrapan mi atención los Simpsons, los Tres Chiflados y alguna cosa más (a veces, noticieros). Pero hay un par de series en el aire (sólo cable, lo lamento) que son excelentes. Una de ellas, en particular, es muy recomendable, con una historia digna de Stephen King, el de Sueños de Libertad (Rita Hayworth and the Shawshank Redemption) o El pasillo de la muerte (The Green Mile). Hablo de la última maravilla de Fox: Prison Break. Trataré de contar la historia sin adelantar nada. Matan al hermano del vicepresidente de Estados Unidos y se atrapa a alguien (Lincoln Burrows, Dominic Purcell de John Doe) con las manos en la masa, pero que al parecer (a nuestro parecer, no al de los jueces) es inocente. Lo condenan a la silla eléctrica y mientras tanto lo tiran en la Fox River State Penitentiary (Fox River, qué plato). Su hermano Michael Scoldfield (excelente Wentworth Miller) se hace meter en la misma prisión para liberarlo. Pero ustedes dirán, ¿cómo? Resulta que Michael es ingeniero civil y tuvo acceso a los planos de la cárcel. Entonces se hace tatuar en todo el cuerpo un diseño que incluye estos planos codificados, junto con fórmulas matemáticas y químicas de sustancias que le van a resultar útiles para la fuga. El tatuaje de por sí es asombroso. Mezclados a estos elementos de por sí interesantes (asesinato misterioso, inocente que va a ser ejecutado, amor filial, uso del cerebro por parte de un presidiario) están los típicos dramas carcelarios que hemos visto en muchas películas. Uno de los presos es un capanga que le hará la vida imposible a Scoldfield hasta que éste le promete que lo incluirá en sus planes de fuga. Otro de ellos, Sucre, el compañero de celda de Michael, está obsesionado por recuperar a su novia que lo dejó por el burgués de su primo. Y Michael está enamorándose de la doctora, que a su vez es la bella hija del gobernador del estado. Hay mucho más para contar, pero es inútil. Véanlo por ustedes mismos. En Argentina, sale por Fox los lunes. A las 21 pasan el episodio de la semana anterior y a las 22 el nuevo. Y ya saben: si lo recomienda el Navegante Solitario, es garantía de calidad y bizarrerie. El crédito de las fotos de la serie pertenece a PRISON BREAK ONLINE.

viernes, noviembre 11, 2005

Viernes Poesía (IV)

Paranoico. Un canto. Ya no puedo salir más. Hay un hombre tras la puerta en impermeable fumando un cigarrillo Pero Él ya está en mi diario, y las etiquetas están todas en fila sobre la cama, color de sangre bajo la luz del cartel del bar de al lado. Sabe que si me muero (o incluso si me pierdo de vista) el diario aparece y todo el mundo se entera de que la CIA está en Virginia. 500 etiquetas compradas en 500 tiendas distintas, y 500 cuadernos de 500 páginas cada uno. Estoy preparado. Lo puedo ver desde acá. Su cigarrillo parpadea sobre el cuello de su gabán y en alguna parte hay un hombre en un vagón del subte sentado debajo de un cartel publicitario y pensando en mi nombre. Los hombres han discutido sobre mí en cuartos secretos. Suena el teléfono y sólo hay un aliento de muerte. En el bar de enfrente, un revólver de caño recortado cambió de manos en el baño de caballeros; cada bala lleva mi nombre. Mi nombre que está escrito en viejos archivos y fue buscado en las listas de la morgue. Han investigado a mi madre, gracias a Dios que está muerta. Han escrito muestras, examinaron las vueltas de las letras P y las cruces de las letras T. Mi hermano está con ellos, ¿te lo dije? Su esposa es rusa, y él sigue pidiéndome que llene formularios Ya lo tengo en mi diario. Escuchá Escuchá Por favor escuchá Tenés que escuchar Bajo la lluvia, en la parada del colectivo cuervos negros con paraguas negros hacen como que miran sus relojes,pero no está lloviendo. Sus ojos son dólares de plata. Algunos son estudiosos a sueldo del FBI. La mayoría son los extranjeros que llenan las calles. Los engañé: me bajé del colectivo en el cruce de 25 y Lex y un taxista me miró por encima de su diario. En la habitación de arriba, una vieja puso un aparato de aspiración eléctrica en el piso. Manda rayos a través de mi instalación eléctrica y ahora tengo que escribir en la oscuridad bajo la luz rojo sangre del cartel del bar de al lado. Te dije que yo sabía. Me mandaron un perro con manchitas marrones y una radio espía en su nariz. Lo ahogué en el desagüe; anoté esto en la carpeta Gamma. Ya no miro el buzón. Las tarjetas que me llegan son cartas bomba. (¡Alejate! ¡Mierda! ¡Alejate, conozco gente que está arriba! ¡Te digo que conozco gente que está muy arriba!) El barcito tiene pisos que hablan y el mozo dijo esto es sal pero yo conozco el arsénico cuando lo tengo delante de mí. Y el sabor amarillo de la mostaza es para enmascarar el amargo olor a almendras. Yo he visto extrañas luces en el cielo. Anoche un hombre oscuro sin cara se arrastró por nueve millas en las cloacas para salir por el inodoro, escuchando llamadas telefónicas a través de la madera barata, con orejas cromadas. Te lo digo, hombre, yo oigo. Vi las huellas de sus manos, embarradas sobre la porcelana. Ya no contesto el teléfono, ¿te lo había dicho? Están planeando inundar la tierra con su mugre. Están planeando escapar. Tienen médicos que promueven extrañas posturas sexuales. Están haciendo laxantes adictivos y supositorios que arden. Saben como bajar el sol con armas explosivas. Yo me envuelvo en hielo, ¿te dije eso? Anula sus scaners infrarrojos. Conozco cantos y uso talismanes. Pueden pensar que me atraparon pero podría destruirlos en cualquier momento En cualquier momento. En cualquier momento ahora. ¿Querés un poco de café, mi amor? ¿Te dije que ya no puedo salir más? Hay un hombre tras la puerta de impermeable. Stephen King (de Skeleton Crew) Traducción mía. Notas: King es sobradamente conocido como cuentista, novelista y guionista de cine y televisión. Ha escrito muy poca poesía. Éste poema en particular es muy interesante, por el clima sofocante que va en crescendo hacia el final. Es muy interesante la adaptación, en un cortometraje de ocho minutos, que hizo el director Jay Holben. El poema está incluido en un libro de relatos que en castellano se dividió en ¡cuatro! El correspondiente en este caso se llama Historias Fantásticas. La traducción que yo tenía no se satisfizo, de modo que tomé manos a la obra y produje esto que les estoy presentando hoy. Es difícil traducir poesía. Y traducir verso libre, donde el ritmo está dado por el sonido de las palabras, es aún más difícil. En este caso, opté por juntar versos para darle a los párrafos la textura de la prosa poética, que suena mejor en castellano. La traducción que cité, de Historias Fantásticas, corta cada verso donde lo cortó King. En nuestro idioma el resultado no es muy feliz. De todos modos, no soy un traductor profesional. Si alguien conoce el original y quiere hacerme correcciones, soy todo oídos.

Momentos sublimes que nos regala la vida

Mañana de viernes. Tomando mate con madre. Televisión encendida, mirando las noticias. Cambio de canal. En Telefé, Los Tres Chiflados. Con Curly. Episodio # 50, No Census, No Feeling (1940). Ellos son censistas que se metieron en una casa de alta sociedad y se confunden con la servidumbre. Curly se puso el gorro de chef y está preparando el ponche. Le pone alumbre pensando que es azúcar impalpable. Tiene serias intenciones de levantarse a la mucamita francesa, por lo que le ofrece una copa, él toma otra, y le recita estos versos: Las rosas son rojas, como lo eres tú, me tomo cuatro de éstas, y bú bú bú.

viernes, noviembre 04, 2005

Viernes Poesía (III)

Detrás de aquella puerta En algún lugar del gran muro inconcluso está la puerta, aquella que no abriste y que arroja su sombra de guardiana implacable en el revés de todo tu destino. Es tan sólo una puerta clausurada en nombre del azar, pero tiene el color de la inclemencia y semeja una lápida donde se inscribe a cada paso lo imposible. Acaso ahora cruja con una melodía incomparable contra el oído de tu ayer, acaso resplandezca como un ídolo de oro bruñido por las cenizas del adiós, acaso cada noche esté a punto de abrirse en la pared final del mismo sueño y midas su poder contra tus ligaduras como un desdichado Ulises. Es tan sólo un engaño, una fabulación del viento entre los intersticios de una historia baldía, refracciones falaces que surgen del olvido cuando lo roza la nostalgia. Esa puerta no se abre hacia ningún retorno; no guarda ningún molde intacto bajo el pálido rayo de la ausencia. No regreses entonces como quien al final de un viaje erróneo -cada etapa un espejo equivocado que te sustrajo el mundo- descubriera el lugar donde perdió la llave y trocó por un nombre confuso la consigna. ¿Acaso cada paso que diste no cambió, como en un ajedrez, la relación secreta de las piezas que trazaron el mapa de toda partida? No te acerques entonces con tu ofrenda de tierras arrasadas, con tu cofre de brasas convertidas en piedras de expiación; no transformes tus otros precarios paraísos en páramos y exilios, porque también, también serán un día el muro y la añoranza. Esa puerta es sentencia de plomo; no es pregunta. Si consigues pasar, encontrarás detrás, una tras otra, las puertas que elegiste. Olga Orozco

martes, noviembre 01, 2005

Mis Celáneas (III)

Hoy para Nachi.
I. Madre: Vos no encajás en ningún lado. ¿Por qué no hacés un retiro espiritual?, y me ceba mate, la tarde del domingo 30 de octubre. II. Almuerzo de machos. 1/2 pizza en Ugi’s, con cerveza Schneider de 650 cm3. Ambiente sospechoso y de fondo radio de cumbia, cada tema coreado fervorosamente por los pizzeros. Y estamos en Córdoba y Uruguay. III. Ayer en Fox: Treehouse of Horrors XV en los Simpsons. Es decir, el Especial de Noche de Brujas 15. Ya, 15. Ese número es una más de las cifras que se agregan a mi sentido del envejecimiento. La emisión cuádruple fue espectacular. El mejor episodio , para mí, fue Four Beheadings and a Funeral (Cuatro Decapitaciones y un Funeral), que transcurriá en el año 1890, en la Londres oscura de Jack the Ripper y las novelas de Arthur Machen. Lisa era una detective al estilo Holmes, y Bart, obviamente, era su Watson. Desentrañaban una extraña serie de crímenes de prostitutas, y para hacerlo tenían que entrar a un fumadero, donde uno de los más animados opiómanos era Rafa, el hijo del jefe de policía... Algún día tengo que escribir algo más largo sobre los Simpsons, un programa que después de quince años se ha tornado el compendio de cultura norteamericana, un huracán de citas tan vertiginoso que se desdibuja la frontera entre original y copia. No dudo en afirmar que es el mejor programa de ficción que se haya hecho jamás. (Sorry, mis adorados X Files...). Y el doblaje mexicano es una parte tan insustituible como el de los Tres Chiflados. IV. Remeras de Pepe Sánchez a 22 pesos. El gran héroe argentino, no me vengan con los grasas de los Superagentes Delfín, Tiburón y Mojarrita. Y precursor en cuanto a la parodia de James Bond, mucho antes de Austin Powers. ¿Para cuándo la película con Federico D'Elia en el rol de Pepe? V. De mi Diario de sueños: Anoche soñé que iba a escribir una historia sobre Marte. Sobre los primeros colonizadores de Marte. Iba a ser una película, más que una novela. Pero en un momento yo protagonizaba la historia, yo estaba en Marte. Recuerdo hablar con unas chicas. Le decía a una: tomá, ves estos chocolates, guardá todos los que puedas, en unos años van a valer fortunas, son los primeros chocolates que se comen en Marte. Y después le tendía unas monedas como las de un peso, pero con forma de ojos y le decía lo mismo: que más adelante iban a valer un montón de plata, porque eran las primeras monedas que se iban a usar en Marte. (23 de abril del 2005) VI. El cacique Namuncurá, en un reportaje de 1907, hablaba con respeto y cariño del general Roca, con quien había pactado años atrás. Namuncurá, forro, cómo pudiste. Es cierto que hay que vivir, que hay muchos mundos para ver, pero existen límites, y a veces es preferible la muerte. La historia nos muestra a Vercingétorix, vencido pero orgulloso, y a los judíos suicidándose en Masada. VII. Last but not least: Deploro la presencia en Argentina de George Bush hijo, uno de los mayores hijos de puta famosos que andan por el mundo. No me parece que deba prohibírsele la entrada, ya que la Constitución garantiza que cualquiera pueda ir y venir; pero sí expreso mi repudio a toda su persona y a la política de exterminio que aplica contra el mundo, tanto dentro como fuera de su país. Me parece completamente injusta la comparación con Hitler, ya que el alemán además de ser atroz era inteligente. Bush es Tonto y Retonto en una sola persona. Es una lástima que los seres humanos, que nacemos como pequeñas maravillas, chispas de luz en la noche más cerrada, debamos matarnos entre nosotros porque existen fronteras ilusorias que gentes como Bush, Tony Blair y otros muchos se dedican a cuidar. Son niños que no quieren prestar sus juguetes, pero que pueden masacrar a otros para impedirlo. ... Está pesado el clima en Buenos Aires. Desde el balcón de Robert, Orión no se ve. Demasiadas luces, demasiada humedad. Demasiada ciudad para mi gusto. Quiero volver a un lugar donde se vean estrellas por la noche, donde se vean más estrellas que cielo. Nostalgia del mar, de nuevo, nostalgia de los infinitos espacios abiertos de la pampa, nostalgia de la noche que abre sus alas y me envuelve.

lunes, octubre 31, 2005

Saquen la Ñ del alfabeto

El sábado hacía frío por la mañana. Tenía un viajecito por delante, una hora hasta La Plata para firmar el documento del que hablé en el anterior post. Decidí comprar la Ñ para amenizar el viaje por esas soledades de la autopista, que parece que viajáramos por Bahía Blanca cuando estamos a pasitos de la metrópoli. Comprar la Ñ. Para qué. La indignación literaria que sentí a medida que pasaba las páginas iba en aumento. Todavía me dura y acá estoy compartiendo mis ideas con ustedes, para ver si estoy loco o si realmente estamos dominados por la élite culta más snob de la historia. Empecemos por el principio. La tapa de la revista muestra la foto de la reciente ganadora del Premio Clarín de Novela (100.000 morlacos, nada despreciable, la chica le ganó la pulseada a 1366 escritores): Claudia Piñeiro. Título principal: Asesinatos en el country. En la nota vemos que la historia, llamada Las viudas de los jueves, es un policial que transcurre en un barrio cerrado, que además intenta ser una crítica a la década menemista. Porque según Claudia, la literatura tiene una responsabilidad social. Bien. La muchacha conoce el panorama, ya que es una contadora pública que llegó a hacer buena plata en esa misma época, luego se dedicó a la escritura y ahora mismo vive en un barrio de ésos donde asesinan gente con tanta educación. A esta altura, no sé ustedes, pero a mí ya me hervía la cabeza. Son demasiadas cosas juntas. A ver: ¿María Marta García Belsunce, les suena? ¿Oportunismo de Clarín, que le dedicó hace poco una extensa nota al tema? No, por favor, cómo vamos a pensar eso. Y darle cien lucas a una novela que aparentemente, si juzgamos por el fragmento que salió publicado, tiene un tono literario más bien mediocre, que transcurre en una época y un lugar que han sido escritos y reescritos hasta el hartazgo (pegarle palos al menemismo es un cliché recontragastado, de parte de todo el progresismo cultural y político que justamente se enriqueció en aquellos años, pregúntenle a Jorge Lanata cuándo se compró la casa en Punta del Este), digo, tanto premio a tan poca cosa, me parece terrible. Me pregunto cómo serán las otras 1366 novelas. ¿No hay un solo relato original, bien contado, que provoque algo, no sé, una lágrima, un estremecimiento, una emoción cualquiera? Porque Las viudas de los jueves me parece la apuesta de Clarín más obvia para el best seller del verano 2006, novela más lavada que camisa de albañil, y vacía, recontravacía. Lo peor es que desde Ñ se cansaron de escorchar con los escasos valores literarios de El Código Da Vinci y revolean los ojos frente a la alta literatura, se babean con cada novela nueva de Paul Auster, con cada ensayo de Harold Bloom (aquel a quien Cthulhu confunda), con cada bodrio del nuevo cine argentino. Y ahora nos quieren convencer de que ésto es la joven literatura nacional. ¿Y las reseñas de Kanaka (de Juan Duizeide, premio Julio Cortázar 2004, publicado por Alfaguara), por ejemplo, dónde están, que se hicieron? Al tipo lo entrevistan hasta desde Córdoba y Santiago del Estero pero para Ñ, para Clarín, no existe. Y así con un montón. Muchachos, s’il vous plaîs. Como bien decían en X Files, La verdad está ahí afuera. Otra cosa. La Ñ, no sé si es buena o mala, pero sí es perversa la forma en que han cerrado la posibilidad de que se dejen oír otras voces en el ámbito de la cultura. Del mismo modo que Multicanal, también del grupo Clarín, destruyó los canales de cable del interior, Ñ con su precio de venta ridículo pulverizó cualquier intento de disidencia. Entonces los tipos pueden decir cualquier cosa, total todo el mundo los lee porque no les queda otra, a ese precio. Y crean un canon en el que mucho queda afuera. No leí nada del Festival Buenos Aires Rojo Sangre, por ejemplo, y cuando el año pasado el canal Infinito organizó un concurso de mediometrajes de terror tampoco salió una línea. Y no estoy citando cosas exóticas, sino convocatorias de gran masividad. Pero si a Ñ no le importa, no existe. Mi enojo llegó a su valor máximo cuando leí la reseña de librerías de viejo. Resulta que en una de ellas tienen la primera edición de Operación Masacre, de Rodolfo Walsh, de 1957, a ¡300 pesos! Si Rodolfo llega a levantarse de su desconocida tumba, los ametralla sin dudarlo. Un tipo tan cerca del pueblo, que tanto luchó por los que no tenían nada, se indignaría si supiera que sus libros, que escribió para que los lean todos, se cotizan a un precio sólo apto para el millonario bibliófilo. No arrojé la revista por la ventana por unas pocas razones. La principal, el comentario de las increíbles fotos que Edward Curtis les tomó a los legítimos dueños de Norteamérica (indios hopis, navajos, apaches y otros) a principios del siglo XX. Las imágenes son maravillosas y las historia que hay detrás también. Además las cuestiones que plantea la cultura fueguina (suplemento especial) son muy interesantes. Pero sobre todo, la guardé para hacer este largo post, este reflejo de mis huracanados sentimientos. Lo peor es que me siento un poco responsable: si se publican estas cosas es porque yo y todos los que estamos subidos a otros trenes, no hacemos la suficiente presión. No nos escuchan, hasta que una mariposa agite las alas en Alto Volta y provoque que un sesudo crítico de Buenos Aires descubra que hay otra literatura Aparte: son las 9 de la noche del domingo 30. Me acaba de llamar madre para que vea cómo arde el Unicenter Shopping. Y no pude evitar sonreír. Si los peronistas quemaron iglesias, por qué no puede arder este templo del consumismo. No se va a perder nada, salvo, lamentablemente, muchos empleos. Debería seguir el orden de los flambeaditos el Paseo Alcorta, el Alto Palermo y Pacífico (sólo los negocios, el lugar es muy lindo). Fosforito, el amigo oriental, le pifió con sus incendios de mueblerías, la posta era chamuscar shoppings, salir a quemar grasas. Faltaría Charly tocando la lira. Estoy ácido. Influencia de Dr. House, de la lectura de Roberto Arlt y de ver demasiados episodios de los Simpsons. Cualquiera de estas cosas salvaría del fuego, antes que salvar Las viudas de los jueves. Lo siento, Claudia. A propósito. Una vez le preguntaron (boludeces del periodismo, son iguales en todas partes) a Jean Cocteau qué salvaría de un incendio. La respuesta, la más hermosa: El fuego. Besos.

domingo, octubre 30, 2005

Despedida

Voy a enviar mail a todos mis conocidos y desconocidos, pero igual aviso por este medio: A partir de mañana, 31 de octubre, día de Halloween, Noche de Brujas, no tendré más celular. El que estoy usando no es mío y lo voy a devolver. Voy a disfrutar mi breve libertad electrónica por un rato, hasta que me compre otro. En ese caso, será anunciado debidamente.

viernes, octubre 28, 2005

a partir de aquí los acontecimientos se precipitan

Hoy pensaba escribr sobre el fabuloso atardecer, o la visita al Palacio de Aguas Corrientes, o las lágrimas que no pude evitar en el Museo del Holocausto, o mis vicisitudes con los lectores de microfilmes en la Biblioteca del Congreso. Pero cuando venía en el tren de City Bell, muerto de frío gracias a mis bermudas y buzito (había estado enseñando un poco de trigonometría plana), me llamaron por teléfono y cambiaron mi perspectiva del día entero. Resultó ser la abogada que está llevando mi divorcio. Y resultó que mañana por la mañana tengo que firmar la demanda. Y resultó que si todo va bien, en un par de meses estaré libre. Libre para volver a cometer tropelías como, digamos, casarme de nuevo. Libre. Tengo una sensación extraña. Solo en este departamento de Capital (Robert salió a comer con amigos), escuchando a La Oreja de Van Gogh (mortal, Sin miedo a nada, con Alex Ubago), mirando fotos que quizás no debiera, leyendo libros bizarros, mientras en mi mente hay otro que piensa otras cosas, en funcionamento paralelo. Y eso otro piensa en lo extraño que es ser libre por decreto. Estoy condenado a la libertad (el mundo es una cárcel y la puerta está abierta, ya no recuerdo quién dijo eso). Y me duele. No es gataflorismo; es un inevitable sentimiento de fracaso, de sentir que los años que le dediqué a esa pareja fueron años en vano, que toda esa energía fue a parar a la basura. I’ve got too much life running thru my veins going to waste, canta Robbie Williams en Feel. Es algo así. En fin. No puedo negar que estoy (un poco amargamente) feliz. Cierro una puerta para abrir otras, o no. Es mi decisión. *** 11 de noviembre, Amaral en Buenos Aires. Ampliaré en brevedad. Corazón estalla.

jueves, octubre 27, 2005

Jueves Poesía (II)

No voy decir nada del autor de hoy. Para qué. (Salvo que nació un 23 de agosto, como este blog). Disfruten esto, salgan a la noche a ver las constelaciones, amen, vivan sintiendo la dulce locura de los días. Browning resuelve ser poeta Por estos rojos laberintos de Londres descubro que he elegido la más curiosa de las profesiones humanas, salvo que todas, a su modo, lo son. Como los alquimistas que buscaron la piedra filosofar en el azogue fugitivo, haré que las comunes palabras -naipes marcados del tahúr, moneda de la plebe- rindan la magia que fue suya cuando Thor era el numen y el estrépito, el trueno y la plegaria. En el dialecto de hoy diré a mi vez las cosas eternas; trataré de no ser indigno del gran eco de Byron. Este polvo que soy será invulnerable. Si una mujer comparte mi amor mi verso rozará la décima esfera de los cielos concéntricos; si una mujer desdeña mi amor haré de mi tristeza una música, un alto río que siga resonando en el tiempo. Viviré de olvidarme. Seré la cara que entreveo y olvido, seré Judas que acepta la divina misión de ser traidor, seré Calibán en la ciénaga, seré un soldado mercenario que muere sin temor y sin fe, seré Polícrates que ve con espanto el anillo devuelto por el destino, seré el amigo que me odia. El persa me dará el ruiseñor y Roma la espada. Máscaras, agonías, resurrecciones, destejerán y tejerán mi suerte y alguna vez seré Robert Browning. Jorge Luis Borges (1899-1986)

miércoles, octubre 26, 2005

Mis Celáneas (II)

Hoy para Lore.
1. Historias familiares. Mi mamá decía que al poco tiempo de nacer yo me quejaba mucho, y que el médico le aseguró que su leche era pobre y no servía. Pregunté quién me había amamantado, entonces. Mi papá, seguro: "La Difunta Correa”.
Padre haciendo el crucigrama de la Viva.
2. Salió el nuevo CD de Robbie Williams, Intensive Care. Ya lo tengo (el pop es uno de mis vicios, sin ninguna vergüenza). Lo estoy escuchando ahora mismo, a las nueve menos cuarto de la noche del martes. Recomiendo esta hermosa balada: Advertising Space (Track 5). Recuerdo la primera vez que escuché Tripping (Track 2, corte de difusión), en la habitación 13 del hotel de Azul. Estaba tirado en la cama anotando detalles del viaje, cuando oí una voz inconfundible. Levanté los ojos hacia el televisor y me deslumbró el video. Pesadilla tras pesadilla: correr y no moverse, encierro en el laberinto, niño con cara de adulto (Landrú inventó alguna vez un engendro llamado el Chipecondien, un bebé con dientes enormes; me acordé de eso). 3. Leo en la revista Ahora, del 28 de octubre de 1955: Para las transfusiones que se le practicaron a Eva Duarte de Perón, para mantener apenas su agonía en el propio temblor impenetrable de su muerte, se recurrió a la sangre de los niños del Orfelinato de la ciudad de La Plata. Cuanta poesía. La leyenda negra del peronismo está llena de perlas como éstas, que algún día comentaré con más detalle. 3. La CAPIF (productores discográficos, el equivalente de la RIAA en Estados Unidos) te muestra carteles mientras usás el KazAa para advertirte que si bajás mp3 sin derechos estás en falta. Tiembla internet. 4. Humor negro. “Mamá, ¿puedo ir al circo?” “No, si te quieren ver que vengan a casa”. / “Mamá, el abuelo se tambalea.” “Disparale de nuevo.“/ “Mamá, ¿por qué estamos empujando el auto hacia el precipicio?” “Callate que vas a despertar a tu padre.” 5. Super Álbum Casos Fantásticos, publicado por Cielosur Editora (la de Cuarta Dimensión) en 1978. Nunca pude hallarlo; si alguien lo tiene, por favor chifle. 6. Las consecuencias de mirar televisión por la mañana mientras se toma mate todavía deben ser investigadas debidamente. Pequeño repaso: En canal 7, noticiero matutino. Me entero de que el conejo mascota tiene su propia pagina web donde uno puede enviar su foto (ya envié): www.pepepompin.com.ar. América presenta, mientras tanto, uno de mis programas favoritos. Se trata de Pare de sufrir, el especial de la Iglesia Universal del Reino de Dios. Ficcionalizan casos reales de sufrimiento con actuaciones para el Oscar, ideal para reírse de la desgracia ajena. En Crónica TV, una ambulancia volcó en Los Hornos, por lo que los pacientes sufren más traumatismos de los que ya tenían. Pongo Fox, y veo un largo infomercial en el que me entero de las maravillosas propiedades regenerativas (“cambiará su vida”) del Gel de Baba de Caracol. Las mujeres se han puesto muchas cosas en la cara a lo largo de la historia, pero esto es demasiado. Qué seguirá, no sé.
7. Mañana arranca el festival Buenos Aires Rojo Sangre. No pude ir a la charla sobre Partículas Subatómicas de ayer, pero sí prometo crónica de lo que pueda ver del Festival. En el post de mañana por la mañana, cuando ya haya averiguado la programación, les cuento a qué hora voy a estar por ahí. Tal vez alguno de ustedes se quiera prender.

martes, octubre 25, 2005

Requiem por una parte del pasado

La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita. Así empieza famosamente El Aleph. Es la mejor frase que he leído acerca de los cambios que trae el paso del tiempo, y la que siempre recuerdo cuando algo ocurre. Hoy me enteré de una muerte, de una pequeña muerte que se suma a las miles que han sucedido desde que comienzan mis recuerdos. A partir de hoy no sale más el diario Crónica.
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Crónica, la Crónica, fue una fuente inagotable de inspiración para generaciones de delirantes y periodistas de lo absurdo y bizarro. Guardo aún muchos suplementos Crónica del fenómeno OVNI, y el estilo de sus policiales fue único. Vean sino el documental Tinta Roja, hecho por el prestigioso equipo Cine Ojo. Pero por sobre todo, para estrafalarios pendolistas como yo, Crónica era la Meca del Periodismo. Muchas veces soñé con trabajar en su redacción, o en Crónica TV. Ya nunca estará en mi futuro, y el pasado se irá haciendo cada vez más pasado. Dolor debe haber en el ámbito del arte. *** Mis sinceras condolencias con los 72 trabajadores despedidos.

domingo, octubre 23, 2005

Elegir

Os haré salir por vuestro propio nombre, sacaré de los infiernos a los canes que custodian la Estigia, y los expondré a la luz de lo alto. Buscaré en todas las piras, observaré todas las exequias, os haré salir de vuestras tumbas, y os alejaré de todas vuestras urnas. Y a ti, Hécate, que acostumbras disfrazarte en la asamblea de los dioses, te haré aparecer ante ellos, pálida y cadavérica, y te impediré cambiar tu rostro infernal. Lucano, Farsalia

viernes, octubre 21, 2005

Pérdidas

Toda nuestra vida es una sucesión de pérdidas. Salimos del vientre materno perdiendo el plácido discurrir de las horas sin saber si es de noche o día, disfrutando flotar en la amable inconsciencia. Vivimos la infancia en una sucesión de milagros, y perdemos esas maravillas con el proceso que estúpidamente llamamos maduración. Siempre vivimos a pérdida: vamos a algún lugar y sabemos que deberemos irnos, compro la Coca sabiendo que se me termina, entro al cine pensando en la música de los títulos. El orgasmo nos arrebata el placer continuado en nombre de una efímera gloria. Al final perdemos todo. El sentido de todo es vacuo frente a la muerte. Viene Atropos, corta el hilo y el hijo de puta se lo lleva y no nos queda otra que mirar cómo se va con lo más nuestro. Las ganancias son ilusorias. Somos muertos conversando con otros muertos que nada se pueden llevar del otro lado, y hasta hemos perdido toda ilusión de que haya otro lado. Que tengan un buen día.

Viernes Poesía (I)

Bueno, aquí estamos, con un poco de retraso. Son las once y media de este tremendo viernes, en que el sol nos recuerda que no falta tanto para el solsticio de verano. Pensaba arrancar con un texto de Borges, como lo hice aquel agosto del año 2000 en el sistema de correo electrónico interno de PricewaterhouseCoopers, pero me pudieron más (la primavera fúnebre, diría Panchito López Merino) las refulgentes palabras de Alejandra, la dulce Alejandra. En octubre del 2001 (ya, cuatro años, cuatro eternidades, vidas vividas sin descanso) compré las Poesías Completas de Alejandra Pizarnik, uno de mis libros más queridos. No entiendo del todo lo que dice en varias partes, pero no importa, porque esas palabras crean su propio mundo (en el principio fue el Verbo) y atraviesan mi corazón como una lanza incandescente. He aquí, entonces, la primer entrega de poesía en este blog que ha visto muchas cosas, pero pocas tan buenas como ésta.
Sous la nuit Los ausentes soplan grismente y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados del muerto. Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras. Grito mentalmente, me confino, me alejo de la mano crispada, no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche, esta errancia, este no hallarse. Toda la noche hago la noche. Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca. Palabra por palabra yo escribo la noche. Alejandra Pizarnik (poema enviado a Félix Grande en agosto de 1972 )