miércoles, noviembre 30, 2005

Fantasías y finales

Vaya. Hace un tiempo (búsquenme, no tengo ganas de hacerlo yo, además me distrae el perfume de los jazmines pre navideños que entra por la ventana del ciber) hice una breve lista de mujeres imaginarias que han entrado en mi vida, sin diferencia de las reales. A esos nombres, hoy tengo que agregar otro. Se trata de la doctora Aki Ross, protagonista de la película de animación Final Fantasy: The Spirits Within (2001). Es un personaje inolvidable, de una belleza ultraterrena, con una mirada que ve más allá, y claro, no existe. Es mi destino enamorarme de mujeres así, como en el poema de Bécquer: ...—Yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz. Soy incorpórea, soy intangible: no puedo amarte. —¡Oh ven; ven tú! En fin. Alrededor de toda esta belleza hay una película, claro. Una maravillosa película, que pasó por los cines argentinos sin pena ni gloria, en medio de la Fantasía Final delarruísta. Realmente, es una de las mejores películas de ciencia ficción que he visto últimamente, con toda la carga mística que se espera de una obra japonesa. Ah, por si no lo saben, Final Fantasy es una saga de videojuegos nacida en los primeros años 90, que fue aumentando de calidad a medida que los sistemas hogareños incrementaban su capacidad. Las historias fueron cambiando, pero siempre supieron combinar lo profundamente humano con la última tecnología. Eso mismo sucede en la película, que es una película de luchas y guerra profundamente pacifista (como The Thin Red Line, que también vi hace poco, pero más ingenua y mucho más imaginativa). No voy a contar el argumento aquí; sólo diré que tiene que ver con el espíritu que anima a todas las criaturas, aún las inanimadas, y con darse cuenta de que la tolerancia y la comprensión es lo único que puede llegar al ser humano a un entendimiento con el universo. Altamente recomendable. (Y sí, que Principio de Incertidumbre comente los estrenos, yo comento lo que va cayendo en mis manos piratas :P).

lunes, noviembre 28, 2005

Mis Celáneas (IV)

Hoy para Yesi
1. A fines de los 70s, en la revista Anteojito aparecieron dos historietas de ciencia ficción que vinieron como suplemento. En el invierno de 1977 o 1978, salió una historieta francesa en que la nave espacial extraterrestre era como el Obelisco, pero de mármol o cristal. En el verano siguiente (¿o era el otro?) publicaron un especial con todos los personajes de García Ferré. Súper Hijitus, Pichichus y los demás eran abducidos por un OVNI que conducía el Profesor Neurus (je, con ese alias me llamaban mis primos de Río Cuarto). En la revista vinieron semanalmente los muñequitos de los personajes extraterrestes. Yo tenía los cuatro, la mar de bizarros, y los he perdido. ¿Alguien recuerda algo de todo esto? 2. Impresionante ilustración del artista japonés Saeki (click para agrandarla). No me atrevo a publicar otras, más depravadas. Busquen acá, si quieren. (Más que obvia invitación para que todos entren ahí). 3. No me canso de escuchar uno de los últimos discos originales que compré en mi vida: Play, de Moby. Imperdibles son Everloving, The Sky is Broken, My Weakness. No les crean a los salames que desprecian a Moby poniéndolo en el mismo anaquel con los DJs y los cultores del ambient. Hay aquí una sensibilidad inusual de la que en general los artistas electrónicos carecen, y por ello me aburren tanto. Hay canciones de Moby que duelen. 4. En la larga noche del 29 de junio de 2004, dos sueños. En el primero, mi hermana Gaby y yo aparecemos cuidando dos bebés. Tenemos asombro en el sueño, porque esos bebés somos nosotros mismos, de bebés. A continuación, corte y estoy en un auto, probablemente un remís, y nos quedamos en un lugar oscuro como la costa de Punta Lara. En eso un arbusto se enciende y empieza a hablar. Me doy cuenta, con terror absoluto, de que es Dios (la zarza ardiente). Está a varios metros, y está frente a mi cara, las dos cosas al mismo tiempo. Me dice con fuerte voz: Debes volver con tu mujer. Debes dejar a esa chica. El espanto me agarrota el corazón, pero igual le contesto (a Dios, no olvidar el detalle): No. 5. Vera efigie del inmortal Corto Maltés en Camelot (Corrientes casi Uruguay, ciudad de Buenos Aires, precios de afano), para vergüenza de museos de cera de todo el mundo. 6. Después de muchas vueltas y reparos, he decidido empezar la lectura de los tres tomos de El Seños de los Anillos, versión Minotauro (en la que Baggins se traduce como Bolsón, etcétera). Y reconozco que el mundo de Tolkien me ha fascinado como a tantos. Mi principal razón de la negativa a estos libros consistía en mi amor por las historias fantásticas y mi desdén por las maravillosas. Para que nos entendamos, en un relato fantástico lo extraño es un elemento introducido en el mundo normal y que provoca un choque o contraste. En cambio, en un cuento maravilloso, como el de los relatos folklóricos o los cuentos de hadas, tal choque no existe, porque lo extraño es parte del mundo normal, y el interés de la historia pasa por otro lado. Tolkien tuvo la rara habilidad de haber inventado un universo complejo y fascinante, en el que hay seres sobrenaturales, elfos, enanos, trolls, y otras muchas razas, que son el pan de cada día. Pero (y me parece que aquí descansa su originalidad, y por lo que tanto me está gustando) sus problemas están muy lejos de lo que nos sucede a nosotros. Hay guerras y codicias y luchas de poder, pero en general tienen motivos extraños e incomprensibles para nuestro propio mundo. En eso se acerca a Lovecraft, cuyas historias estaban basadas en la premisa fundamental de que las leyes comunes, las emociones y los intereses humanos no tienen validez ni significado a lo largo de todo el vasto cosmos (carta al editor de Weird Tales al enviarle el manuscrito de The Call of Cthulhu, 1927). Aún no termné La Comunidad del Anillo. Haré más comentarios sobre la marcha. 7. El verano destruye mis sinapsis. Quisiera meterme en una cápsula del tiempo y despertar en los primeros días de marzo, cuando al atardecer corre una brisa suave a nivel del suelo, que podés sentir si estás en una plaza y bajás la mano: te estremecés y sentís que algo se terminó. Y muchos árboles ya tienen hojas doradas. O, mejor aún: quisiera que me transportaran a una casa a orillas del mar, lejos del mundo, y bajar cada amanecer para correr por la playa y al final arrojarme a las aguas verdosas. Regresar para desayunar arrullado por las olas y luego escribir todo el día, hasta que llega la noche y volver al mar para nadar de noche. Ese sería un verano perfecto y cuando llegue el otoño no sentiría que perdí el tiempo pensando en cómo no derretirme.

miércoles, noviembre 23, 2005

Viernes Poesía (VI)

Por último Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro, haber atado ciertos hilos de amor y resplandor, haber perdido algo al salir de la casa vacía. Haber estado, haber acompañado, haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón, con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón. No haber cumplido años lejos de sí mísmo, no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí, o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo, pero masticados con tus dientes. No importa ser un objeto más o menos clasificable despreciable por los que deciden, no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido, con todo eso se hace la verdad. No importa ser interrumpido si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin, al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo pertenece a los hombres, y si has podido hablar con esas piedras y acompañar a su casa a alguien en un momento duro de la noche (y vivía tan lejos). No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie ni si al fin estás solo en las salinas de la madrugada haciendo todo lo posible para que salga el sol, para que estos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada que acecha tanta maravila. Raúl Gustavo Aguirre (De Señales de vida, 1962)

Transmisión en cadena

Stephen King dice en From a Buick Eight (Buick 8: Un coche perverso, se llama horrorosamente en castellano) que a veces las cadenas de acontecimientos se enredan e incluso pueden terminar asfixiándonos. En una novela muy anterior, Salem’s Lot (La hora del vampiro, seguimos con las traducciones creativas), cuando habla de cómo se conocieron dos de los protagonistas, escribe que “él se sorprendería de la facilidad con que había sucedido todo, tan simplemente (...) Hacía pensar en un destino que no sólo no era ciego, sino que tenía una visión consciente y poderosísima...”. Es claro que los dos conceptos, la concatenación de los hechos, y el destino con un propósito definido, están íntimamente relacionados. Lo vemos todos los días, si hacemos memoria hacia atrás y pensamos en todo lo que sucedió para que exista este presente y no otro. Lo que hiere nuestro intelecto y nuestra alma es que nosotros solemos ser ciegos. Que la voluntad de ese destino y la nuestra no coinciden a menudo. Que las cadenas de acontecimientos que nos asfixian son invisibles hasta que nos asfixian. Nada de lo que digo es nuevo. No tengo ganas de pasar lista a los filósofos que durante milenios han repasado estos conceptos. Le dejo la posta a principio de incertidumbre, que en su blog mata las horas en esos menesteres. Me interesa en particular cómo las artes narrativas han enfocado el problema. Tal vez la imaginación sea más adecuada en este caso, uno de esos temas que hacen sangrar a la mente racional. Hay un tópico en particular en el que las cadenas de acontecimientos son importantísimas y suelen quedar al desnudo. Me refiero a los viajes en el tiempo. Es de sobra conocido el argumento: A viaja a su pasado, modifica algún suceso, que afecta a otro, hasta llegar a una infinita continuidad temporal; en algún momento las ramificaciones van a alcanzar el espacio temporal originario de A, que volverá a su “tiempo” y no encontrará las cosas como las dejó. (Es interesante que para escribir este pequeño resumen, tuve que usar los verbos en los tres tiempos.) Es lo que en ciencia ficción se llama paradoja temporal. Como el efecto mariposa (una exageración en la que particularmente no creo), pero a lo largo del tiempo. Ya que si el futuro de A cambia, es posible que a) A nunca pueda viajar al pasado por X razones, o bien B) que los cambios sean tan profundos que A mismo ya no exista. Ejemplos de esta clase, que ya aparecieron en mi comentario de la charla del 18 de octubre, sobran. Con sólo ver las tres películas de Back to the Future, basta y sobra para hacer un manual de paradojas temporales. Y hay muchas más. Terminator, Time Cop (gracias PdI), Time After Time, 12 Monkeys. Hay otro efecto que tiene que ver con el tiempo y las sucesiones de hechos que me marea aún más que tales viajes. Se trata de la predicción del futuro. Si nos atenemos a la ciencia, las variables que influyen sobre la realidad son inconmensurables, de modo que ver el futuro es imposible, y no habrá sabio de fuste que no sonría frente a tal posibilidad. Y sin embargo, las profecías existen. Una sola excepción debería bastar para derrumbar un edificio teórico, pero tenemos cientos de ellas, un terremoto de Caucete, un agraviante desafío a quinientos años de pensamiento científico. ¿Cómo puede alguien ver acontecimientos que aún no han ocurrido, con objetos formados por átomos que probablemente estén aún distanciados, formando otros objetos? ¿Dónde, en qué parte del cerebro, se forman tales imágenes? Los viajes en el tiempo, hasta donde sabemos o creemos, nunca han ocurrido todavía (aunque conceptos como nunca y todavía se anulan frente a la posibilidad de tales viajes), pero la gente ve el futuro desde hace miles de años. Y si Dunne tiene razón en An Experiment with Time, todos vemos el futuro cada noche, pero al despertar lo confundimos... En Minority Report, sobre todo en la película de Steven Spielberg, vemos como se ha creado una policía predictiva, que evita los crímenes antes de que sucedan y encierra a los hampones antes de que cometan sus fechorías. El sistema funciona gracias a tres dotados, los precogs, que viven en tanques de aislamiento sensorial que los aleja del mundo. Se procesan las imágenes que reciben y sólo se aceptan las que son coincidentes. En fin. Aceptamos que podemos descubrir cadenas de acontecimientos significantes mirando hacia atrás, pero nos cuesta verlas hacia adelante. Volvemos al principio: el destino no es ciego. Tal es el concepto que prima en la película Serendipity, que pasó sin pena ni gloria por nuestros cines a fines del 2001. Una lástima, porque nos deja con varias ideas rondando. Una de ellas es que no existen las casualidades. Que la voluntad puede doblegar la marcha de las cosas y modelar la realidad como arcilla. Que de todos modos hay otra voluntad superior, llamémosle destino, contra la que no se puede luchar. Hay que ver para dónde sopla el viento, nada más. Cadenas de acontecimientos. De todas las películas en las que el protagonista es el Destino, las que más me han impresionado son Destino Final 1 y 2. En ambas, la historia comienza con una catástrofe en la que por casualidad se salvan algunas personas. Entonces la Muerte de a poco va corrigiendo las cosas. Lo que me impresiona de estas películas es ver cómo hechos aislados se van conectando, de modo que el total es mucho más que la suma de las partes. Alguien pone por descuido té muy caliente en una taza fría. Apoya la taza sobre un monitor. La taza se raja, y un poco de líquido cae en el interior del aparato, suficiente para que un cortocircuito lo haga arder. Y así, hasta que casi todos cumplen con su destino, en el orden exacto con que hubieran debido morir en el holocausto inicial (un avión que explota en la primera, un choque múltiple en la segunda). En Destino Final 2 se introduce un elemento que rompe la serie de hechos, con el fin de que haya un poco de originalidad, pero la trama de la película es muy similar, igual de atrapante que la primera y aún más terrorífica. Cuando aparecieron los títulos, no pude evitar pensar que tal vez nuestra cadena del destino ya empezó, que es muy probable que el hecho inicial de la serie ya sucedió hace mucho. La única diferencia con la película es que en nuestro caso (en las vidas normales, las que transcurren fuera de la pantalla) la cadena es mucho más larga. Claro que si hacemos la suficiente abstracción, el hecho que determinará nuestra muerte ya sucedió y sabemos perfectamente cuál fue: nuestro nacimiento. Que tengan un buen día.

viernes, noviembre 18, 2005

Viernes Poesía (V)

4 El fondo de las cosas no es la vida o la muerte. Me lo prueban el aire que se descalza en los pájaros, un tejado de ausencias que acomoda el silencio y esta mirada mía que se da vuelta en el fondo, como todas las cosas se dan vuelta cuando acaban. Y también me lo prueba mi niñez que era pan anterior a la harina, mi niñez que sabía que hay humos que descienden. voces con las que nadie habla, papeles donde el hombre está inmóvil. El fondo de las cosas no es la muerte o la vida. El fondo es otra cosa que alguna vez sale a la orilla. Roberto Juarroz, de Poesía Vertical (1958)

miércoles, noviembre 16, 2005

Escapar

No estoy viendo mucha televisión, a diferencia de otras épocas de mi vida. O no tengo tiempo, o no me interesa lo que hay, o tengo mejores cosas qué hacer. Bien saben los lectores de este blog que sólo atrapan mi atención los Simpsons, los Tres Chiflados y alguna cosa más (a veces, noticieros). Pero hay un par de series en el aire (sólo cable, lo lamento) que son excelentes. Una de ellas, en particular, es muy recomendable, con una historia digna de Stephen King, el de Sueños de Libertad (Rita Hayworth and the Shawshank Redemption) o El pasillo de la muerte (The Green Mile). Hablo de la última maravilla de Fox: Prison Break. Trataré de contar la historia sin adelantar nada. Matan al hermano del vicepresidente de Estados Unidos y se atrapa a alguien (Lincoln Burrows, Dominic Purcell de John Doe) con las manos en la masa, pero que al parecer (a nuestro parecer, no al de los jueces) es inocente. Lo condenan a la silla eléctrica y mientras tanto lo tiran en la Fox River State Penitentiary (Fox River, qué plato). Su hermano Michael Scoldfield (excelente Wentworth Miller) se hace meter en la misma prisión para liberarlo. Pero ustedes dirán, ¿cómo? Resulta que Michael es ingeniero civil y tuvo acceso a los planos de la cárcel. Entonces se hace tatuar en todo el cuerpo un diseño que incluye estos planos codificados, junto con fórmulas matemáticas y químicas de sustancias que le van a resultar útiles para la fuga. El tatuaje de por sí es asombroso. Mezclados a estos elementos de por sí interesantes (asesinato misterioso, inocente que va a ser ejecutado, amor filial, uso del cerebro por parte de un presidiario) están los típicos dramas carcelarios que hemos visto en muchas películas. Uno de los presos es un capanga que le hará la vida imposible a Scoldfield hasta que éste le promete que lo incluirá en sus planes de fuga. Otro de ellos, Sucre, el compañero de celda de Michael, está obsesionado por recuperar a su novia que lo dejó por el burgués de su primo. Y Michael está enamorándose de la doctora, que a su vez es la bella hija del gobernador del estado. Hay mucho más para contar, pero es inútil. Véanlo por ustedes mismos. En Argentina, sale por Fox los lunes. A las 21 pasan el episodio de la semana anterior y a las 22 el nuevo. Y ya saben: si lo recomienda el Navegante Solitario, es garantía de calidad y bizarrerie. El crédito de las fotos de la serie pertenece a PRISON BREAK ONLINE.

viernes, noviembre 11, 2005

Viernes Poesía (IV)

Paranoico. Un canto. Ya no puedo salir más. Hay un hombre tras la puerta en impermeable fumando un cigarrillo Pero Él ya está en mi diario, y las etiquetas están todas en fila sobre la cama, color de sangre bajo la luz del cartel del bar de al lado. Sabe que si me muero (o incluso si me pierdo de vista) el diario aparece y todo el mundo se entera de que la CIA está en Virginia. 500 etiquetas compradas en 500 tiendas distintas, y 500 cuadernos de 500 páginas cada uno. Estoy preparado. Lo puedo ver desde acá. Su cigarrillo parpadea sobre el cuello de su gabán y en alguna parte hay un hombre en un vagón del subte sentado debajo de un cartel publicitario y pensando en mi nombre. Los hombres han discutido sobre mí en cuartos secretos. Suena el teléfono y sólo hay un aliento de muerte. En el bar de enfrente, un revólver de caño recortado cambió de manos en el baño de caballeros; cada bala lleva mi nombre. Mi nombre que está escrito en viejos archivos y fue buscado en las listas de la morgue. Han investigado a mi madre, gracias a Dios que está muerta. Han escrito muestras, examinaron las vueltas de las letras P y las cruces de las letras T. Mi hermano está con ellos, ¿te lo dije? Su esposa es rusa, y él sigue pidiéndome que llene formularios Ya lo tengo en mi diario. Escuchá Escuchá Por favor escuchá Tenés que escuchar Bajo la lluvia, en la parada del colectivo cuervos negros con paraguas negros hacen como que miran sus relojes,pero no está lloviendo. Sus ojos son dólares de plata. Algunos son estudiosos a sueldo del FBI. La mayoría son los extranjeros que llenan las calles. Los engañé: me bajé del colectivo en el cruce de 25 y Lex y un taxista me miró por encima de su diario. En la habitación de arriba, una vieja puso un aparato de aspiración eléctrica en el piso. Manda rayos a través de mi instalación eléctrica y ahora tengo que escribir en la oscuridad bajo la luz rojo sangre del cartel del bar de al lado. Te dije que yo sabía. Me mandaron un perro con manchitas marrones y una radio espía en su nariz. Lo ahogué en el desagüe; anoté esto en la carpeta Gamma. Ya no miro el buzón. Las tarjetas que me llegan son cartas bomba. (¡Alejate! ¡Mierda! ¡Alejate, conozco gente que está arriba! ¡Te digo que conozco gente que está muy arriba!) El barcito tiene pisos que hablan y el mozo dijo esto es sal pero yo conozco el arsénico cuando lo tengo delante de mí. Y el sabor amarillo de la mostaza es para enmascarar el amargo olor a almendras. Yo he visto extrañas luces en el cielo. Anoche un hombre oscuro sin cara se arrastró por nueve millas en las cloacas para salir por el inodoro, escuchando llamadas telefónicas a través de la madera barata, con orejas cromadas. Te lo digo, hombre, yo oigo. Vi las huellas de sus manos, embarradas sobre la porcelana. Ya no contesto el teléfono, ¿te lo había dicho? Están planeando inundar la tierra con su mugre. Están planeando escapar. Tienen médicos que promueven extrañas posturas sexuales. Están haciendo laxantes adictivos y supositorios que arden. Saben como bajar el sol con armas explosivas. Yo me envuelvo en hielo, ¿te dije eso? Anula sus scaners infrarrojos. Conozco cantos y uso talismanes. Pueden pensar que me atraparon pero podría destruirlos en cualquier momento En cualquier momento. En cualquier momento ahora. ¿Querés un poco de café, mi amor? ¿Te dije que ya no puedo salir más? Hay un hombre tras la puerta de impermeable. Stephen King (de Skeleton Crew) Traducción mía. Notas: King es sobradamente conocido como cuentista, novelista y guionista de cine y televisión. Ha escrito muy poca poesía. Éste poema en particular es muy interesante, por el clima sofocante que va en crescendo hacia el final. Es muy interesante la adaptación, en un cortometraje de ocho minutos, que hizo el director Jay Holben. El poema está incluido en un libro de relatos que en castellano se dividió en ¡cuatro! El correspondiente en este caso se llama Historias Fantásticas. La traducción que yo tenía no se satisfizo, de modo que tomé manos a la obra y produje esto que les estoy presentando hoy. Es difícil traducir poesía. Y traducir verso libre, donde el ritmo está dado por el sonido de las palabras, es aún más difícil. En este caso, opté por juntar versos para darle a los párrafos la textura de la prosa poética, que suena mejor en castellano. La traducción que cité, de Historias Fantásticas, corta cada verso donde lo cortó King. En nuestro idioma el resultado no es muy feliz. De todos modos, no soy un traductor profesional. Si alguien conoce el original y quiere hacerme correcciones, soy todo oídos.

Momentos sublimes que nos regala la vida

Mañana de viernes. Tomando mate con madre. Televisión encendida, mirando las noticias. Cambio de canal. En Telefé, Los Tres Chiflados. Con Curly. Episodio # 50, No Census, No Feeling (1940). Ellos son censistas que se metieron en una casa de alta sociedad y se confunden con la servidumbre. Curly se puso el gorro de chef y está preparando el ponche. Le pone alumbre pensando que es azúcar impalpable. Tiene serias intenciones de levantarse a la mucamita francesa, por lo que le ofrece una copa, él toma otra, y le recita estos versos: Las rosas son rojas, como lo eres tú, me tomo cuatro de éstas, y bú bú bú.

viernes, noviembre 04, 2005

Viernes Poesía (III)

Detrás de aquella puerta En algún lugar del gran muro inconcluso está la puerta, aquella que no abriste y que arroja su sombra de guardiana implacable en el revés de todo tu destino. Es tan sólo una puerta clausurada en nombre del azar, pero tiene el color de la inclemencia y semeja una lápida donde se inscribe a cada paso lo imposible. Acaso ahora cruja con una melodía incomparable contra el oído de tu ayer, acaso resplandezca como un ídolo de oro bruñido por las cenizas del adiós, acaso cada noche esté a punto de abrirse en la pared final del mismo sueño y midas su poder contra tus ligaduras como un desdichado Ulises. Es tan sólo un engaño, una fabulación del viento entre los intersticios de una historia baldía, refracciones falaces que surgen del olvido cuando lo roza la nostalgia. Esa puerta no se abre hacia ningún retorno; no guarda ningún molde intacto bajo el pálido rayo de la ausencia. No regreses entonces como quien al final de un viaje erróneo -cada etapa un espejo equivocado que te sustrajo el mundo- descubriera el lugar donde perdió la llave y trocó por un nombre confuso la consigna. ¿Acaso cada paso que diste no cambió, como en un ajedrez, la relación secreta de las piezas que trazaron el mapa de toda partida? No te acerques entonces con tu ofrenda de tierras arrasadas, con tu cofre de brasas convertidas en piedras de expiación; no transformes tus otros precarios paraísos en páramos y exilios, porque también, también serán un día el muro y la añoranza. Esa puerta es sentencia de plomo; no es pregunta. Si consigues pasar, encontrarás detrás, una tras otra, las puertas que elegiste. Olga Orozco

martes, noviembre 01, 2005

Mis Celáneas (III)

Hoy para Nachi.
I. Madre: Vos no encajás en ningún lado. ¿Por qué no hacés un retiro espiritual?, y me ceba mate, la tarde del domingo 30 de octubre. II. Almuerzo de machos. 1/2 pizza en Ugi’s, con cerveza Schneider de 650 cm3. Ambiente sospechoso y de fondo radio de cumbia, cada tema coreado fervorosamente por los pizzeros. Y estamos en Córdoba y Uruguay. III. Ayer en Fox: Treehouse of Horrors XV en los Simpsons. Es decir, el Especial de Noche de Brujas 15. Ya, 15. Ese número es una más de las cifras que se agregan a mi sentido del envejecimiento. La emisión cuádruple fue espectacular. El mejor episodio , para mí, fue Four Beheadings and a Funeral (Cuatro Decapitaciones y un Funeral), que transcurriá en el año 1890, en la Londres oscura de Jack the Ripper y las novelas de Arthur Machen. Lisa era una detective al estilo Holmes, y Bart, obviamente, era su Watson. Desentrañaban una extraña serie de crímenes de prostitutas, y para hacerlo tenían que entrar a un fumadero, donde uno de los más animados opiómanos era Rafa, el hijo del jefe de policía... Algún día tengo que escribir algo más largo sobre los Simpsons, un programa que después de quince años se ha tornado el compendio de cultura norteamericana, un huracán de citas tan vertiginoso que se desdibuja la frontera entre original y copia. No dudo en afirmar que es el mejor programa de ficción que se haya hecho jamás. (Sorry, mis adorados X Files...). Y el doblaje mexicano es una parte tan insustituible como el de los Tres Chiflados. IV. Remeras de Pepe Sánchez a 22 pesos. El gran héroe argentino, no me vengan con los grasas de los Superagentes Delfín, Tiburón y Mojarrita. Y precursor en cuanto a la parodia de James Bond, mucho antes de Austin Powers. ¿Para cuándo la película con Federico D'Elia en el rol de Pepe? V. De mi Diario de sueños: Anoche soñé que iba a escribir una historia sobre Marte. Sobre los primeros colonizadores de Marte. Iba a ser una película, más que una novela. Pero en un momento yo protagonizaba la historia, yo estaba en Marte. Recuerdo hablar con unas chicas. Le decía a una: tomá, ves estos chocolates, guardá todos los que puedas, en unos años van a valer fortunas, son los primeros chocolates que se comen en Marte. Y después le tendía unas monedas como las de un peso, pero con forma de ojos y le decía lo mismo: que más adelante iban a valer un montón de plata, porque eran las primeras monedas que se iban a usar en Marte. (23 de abril del 2005) VI. El cacique Namuncurá, en un reportaje de 1907, hablaba con respeto y cariño del general Roca, con quien había pactado años atrás. Namuncurá, forro, cómo pudiste. Es cierto que hay que vivir, que hay muchos mundos para ver, pero existen límites, y a veces es preferible la muerte. La historia nos muestra a Vercingétorix, vencido pero orgulloso, y a los judíos suicidándose en Masada. VII. Last but not least: Deploro la presencia en Argentina de George Bush hijo, uno de los mayores hijos de puta famosos que andan por el mundo. No me parece que deba prohibírsele la entrada, ya que la Constitución garantiza que cualquiera pueda ir y venir; pero sí expreso mi repudio a toda su persona y a la política de exterminio que aplica contra el mundo, tanto dentro como fuera de su país. Me parece completamente injusta la comparación con Hitler, ya que el alemán además de ser atroz era inteligente. Bush es Tonto y Retonto en una sola persona. Es una lástima que los seres humanos, que nacemos como pequeñas maravillas, chispas de luz en la noche más cerrada, debamos matarnos entre nosotros porque existen fronteras ilusorias que gentes como Bush, Tony Blair y otros muchos se dedican a cuidar. Son niños que no quieren prestar sus juguetes, pero que pueden masacrar a otros para impedirlo. ... Está pesado el clima en Buenos Aires. Desde el balcón de Robert, Orión no se ve. Demasiadas luces, demasiada humedad. Demasiada ciudad para mi gusto. Quiero volver a un lugar donde se vean estrellas por la noche, donde se vean más estrellas que cielo. Nostalgia del mar, de nuevo, nostalgia de los infinitos espacios abiertos de la pampa, nostalgia de la noche que abre sus alas y me envuelve.