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Sí, las rosas
y el canto de los pájaros.
Toda la hermosura del mundo,
y la nobleza del hombre,
y el encanto y la fuerza del espíritu.
Sí, la gracia de la primavera,
las sorpresas del cielo y de la mujer.
¿Pero la hondura negra, el agujero negro,
obsesionantes?
Sí, Dios, lo divino,
a través de la rosa y del rocío,
y del cielo móvil de unos ojos,
pero el vacío negro, el horror vago y permanente de la sombra?
Sí, muchachas en la tarde,
niños en los jardines,
paisajes que suenan como melodías perfectas,
versos de Rilke o de Brooke,
entusiasmo generoso de las jóvenes almas
capaz de cambiar el mundo,
belleza del sacrificio y del ideal,
y el amor, y el hijo, y la amistad,
¿pero el vacío negro, el escalofrío intermitente del abismo?
Juan L. Ortiz
De El alba sube
(Imagen choreada de
Worth1000)
2 comentarios:
Y es que sin hoyos negros no sería tan visible la luz del Universo.
Puede ser, nika... Que haga falta oscuridad para ver la luz, que haga falta maldad para ver el bien, que haga falta soledad para apreciar la compañía.
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