lunes, octubre 10, 2005

La noche que la luna salió tarde

14 horas. Aquí, El Triste, cada vez más Triste, desde la soledad del tren Constitución - Bosques - Temperley, de nuevo con el corazón partío. La tarde es espléndida. La luz hace firuletes al pasar por los agujeros del techo de Constitución. Corre una brisa muy suave y las libélulas se fueron a dormir: no hay pronóstico de lluvia. Encontré en un asiento el número 634 del Semanario de Berazategui, revistita de la Asociación de Católicos Laicos. Allí me topé con una nota dedicada a desentrañar los mensajes subliminales en las canciones de Piñón Fijo. De este modo, cuando en "El Twist del Mono Liso" dice "la llevaba en su jaulita", pasado al revés resulta "ni la cruz se va a besar". Hay más ejemplos que me cuesta transcribir. El tren está por salir. Estoy un poco mareado, no he dormido bien. La vida es terrible, es hermosa. Yo, el Navegante Solitario, con una morsa apretándome el pecho, y me encuentro esta revista, y el sol explota en las ventanillas, y hasta el olor a betún de las vías me parece bello. (Miro mi celular cada cinco minutos esperando un mensaje que no llega, el canto de un gorrión lejano). En mi bolso llevo los relatos oníricos de Randolph Carter, otro viajero solitario. Lovecraft sabía bien lo que era soñar. ¿Recuerda, sir Zaaar?
Me tumbé en el suelo sólo para oir crecer la hierba y hasta mí vinieron todos los sonidos de la tierra. Escuché a los insectos en sus mil rituales y las plegarias que cayeron del cielo ¡Quién sabe! si haciendo espirales... La noche que la luna salió tarde. Me tumbé en el suelo sólo para oir crecer la hierba esperando un sueño que como un enjambre me envolviera y que me hiciera oir las rimas de antiguos romances pero sólo oí llorar a los que fueron amantes un sólo instante... La noche que la luna salió tarde la noche que la luna salió tarde. Me tumbé en el suelo sólo para oir crecer la hierba y escuché más cosas, muchas más de las que yo quisiera: El sonido de tus lágrimas al derramarse el eco de tus pasos al alejarte y el tiempo pararse... La noche que la luna salió tarde la noche que la luna salió tarde
Del desaparecido grupo español 091. La versión que yo conocía es de Amaral. Gorrión diminuto aletea en mis sueños lúcidos.

7 comentarios:

principio de incertidumbre dijo...

Qué linda crónica... se puede sentir todo como si uno viera esos caminos por donde va pasando el tren y ver que no hay libélulas. No se ven tanto, si recapitulo no he visto demasiadas en mis años de vida (epa, 24, yo digo la edad, no como la Chiqui), tal vez porque en esta zona alla menos; habrá que averiguar. Ahora, ¿por qué el corazon partío? No entendí.
Lo del semanario es patético, estos catolicones, ¡ahora contra Piñón! En el circo de Piñón, todos bailan, ¡con Piñón!, es un groso. Yo canto las canciones a veces por las calles, es automático, en algún momento estoy tarareando: "ay la mochila, ay la mochila en la casita de Piñón". Primero Newton, después Xuxa, luego Harry Potter, ahora Piñón, ¿nos quieren sacar a todos los ídolos? Mirá lo que encontré y está re divertido: http://www.geocities.com/lechesenvinagre/gravidez.htm.
Lo gracioso es que yo conozco personas así, en serio y me peleé demasiadas veces. Es como discutir con la pared.
Yo también tengo esa sensación, terrible y hermosa, de que te guste todo, hasta las cloacas. El poema, lindísimo, al igual que la foto, casi todas las estaciones son lindas. Y de Lovecraft leí pocos cuentos y todos imprimidos, pero me gusta, sí, sí...
Bueno, un beso.
Lore.

principio de incertidumbre dijo...

Uf...perdón, no era poema, sino letra de un tema...

Amaral antes no me parecía buen grupo, hasta que empecé a escuchar las letras y ahora me re encantan.

;-)

Marcelo Metayer dijo...

Lore, lo del corazón partío...

Hoy parece que sí hay libélulas. Llevo en mi bolso poemas de Mallarmé y Rimbaud. No me gusta la traducción en verso; hoy empiezo de vuelta con el estudio de francés, a estos hay que leer las letras que escribieron.

Besos a todos.
PD: Zaaar, si adivino su identidad, ¿quién paga las cervezas?

Marcelo Metayer dijo...

Lore, hablando de cosas divertidas, ¿viste esto?--> Día del Salto.

Zaaar, qué alta literatura, eh. ¿Y del disco con la música de la serie "Cosmos", se acuerda?

Besos.

principio de incertidumbre dijo...

¡Yo estoy con Lautreamont! También tengo un libro de Baudelaire que alguien dijo que podía ser de las peores traducciones que había... pero no sé si puedo estudiar francés...
Ces´t la vie.

Ahora chusmeo la página,
un beso.

Arson dijo...

Que buena letra che...
Y lo de piñon es verdad, yo vi varias canciones de el dadas vuelta con mensajes subliminales. Sera verdad?

Marcelo Metayer dijo...

Bienvenido, Arson, a estas tierras baldías.
La letra es maravillosa. Y la voz de Eva Amaral desgranando esas sílabas, con el solo acompañamiento de la guitarra de José Lapido, aseguro que estremece el corazón.
Yo no ando cantando temas de Piñón, je (perdón Lore), pero a mi hija le encanta. Es difícil de creer en los mensajes subliminales de esa clase. Y no quiero decir nada de los que no llegué a transcribir porque tenían que ver directamente con pedofilia y prostitución infantil. Creo que cada uno escucha lo que quiere escuchar y que estos tipos, como los inquisidores de la baja Edad Media, están tan obsesionados con esos temas que directamente crean los mensajes en su cabeza. Imágenes que uno se imagina cuando el televisor no tiene señal.

Besos.