sábado, agosto 19, 2006
Novedades
Bueno. Después de dos años, me he decidido a cambiar a Wordpress. Por lo tanto, voy a empezar a postear en otro lado.
¿Qué significa esto? Que, queridos amigos de El Navegante Solitario, a partir de hoy, los invito a buscarme en
www.metayer.com.ar
(Ojo: todavía, y por un buen tiempo, en período de prueba).
Abrazos y besos.
miércoles, agosto 09, 2006
El Navegante Solitario recomienda
"Afortunado en el juego, desafortunado en el amor", afirma el dicho popular. No sé dónde entran los que, como yo, no suelen tener suerte en ambas categorías. Mi lucky star suele llevarme por otros barrios; sobre todo, se esfuerza para que el azar me traiga, como los Reyes Magos en el exilio, regalos nuevos cada día, maravillas que andan sueltas por ahí hasta que uno se las encuentra y ya no están sueltas, sino que se agarran a nuestro corazón.
Entonces, he aquí mis recomendaciones para hoy, miércoles 9 de agosto de 2006.
1. Primero que nada: escuchar, no importa la manera (Internet, Musimundo, robo a mano armada) el único, hasta ahora, larga duración de Carla Bruni: Quelqu'un m'a dit. Sólo una chica (hermosa, por añadidura), su guitarra y su voz, susurrando palabras de amor en francés. Queda confirmado: las cosas más tristes y bellas, como bien supo Edith Piaf, sólo se pueden decir en francés.
Estuve pensando seriamente (sic) en usar este disco como test drive: si una chica me gusta, y no muere de melancolía con Le ciel dans une chambre (track 6), mi mano acusadora señalará la puerta abierta, y se irá sin decir una palabra, hacia la ominosa noche del olvido.
2. Leer el ensayo de Carlos Enrique Abraham Borges y la ciencia ficción. Editado por Quadrata, se consigue en cualquier lado por 9 mangos y es la primera aproximación seria a los vínculos del escritor máximo con este género tantas veces despreciado por los amantes de la literatura “culta”. Se da el gusto, con altura y argumentos, de darle con un caño a Harold Bloom, a Pablo de Santis, a Juan Jacobo Bajarlía. Pone en evidencia algo de lo que yo estaba seguro hace rato: los paralelismos, estructurales y contextuales, entre Borges y Lovecraft.
Vaya mi aplauso para Carlos.
3. Ver la película imprescindible del año. No, no es El Código Da Vinci (que está buena igual) o X Men III (impresionante); mucho menos, alguna del rebuscado cine por el que se babean los fanáticos del BAFICI. No; lo que hay que ver sí o sí es Los Piratas del Caribe: El cofre de la muerte.
Tal vez sea un lugar común decir que esta cinta tiene “de todo”: comedia, acción, romance, monstruos al por mayor. Pero en este caso, nada sobra, para producir un tanque arrasador, una especie de respuesta de Hollywood a las basuras como Closer. Qué drama intimista ni tres carajos: lo que yo quiero es que me persigan los caníbales, navegar a bordo del Holandés Errante con su tripulación de deformes condenados, ser amenazado por el Kraken, que me salve de una pelea de bar de marineros una chica disfrazada de hombre, dispararle tiros de arcabuz a un mono inmmortal.
Así, enumerados sin ton ni son, parecen hechos absurdos. Pero de tal modo está formada nuestra vida, por más que intentemos hallarle un orden lógico a los acontecimientos.
Fui fervorosamente acompañado por Abril -“Papá está loco”, no se cansa de repetir con una sonrisa inmensa-, que disfrutó tanto como yo y sigue ansiosa por la tercera parte de la historia. Es más, entre Vecinos invasores, Patoruzito 2 y este film no dudó en su elección.
Estas películas, y no otras, son las que me hacen llorar.
4. Por último: Dejar lo que estén haciendo a las siete de la tarde, y sin importar el lugar, salir a caminar, a ver el cielo que declina, a respirar el aire del crepúsculo, el perfume de la noche que llega.
Entonces, he aquí mis recomendaciones para hoy, miércoles 9 de agosto de 2006.
1. Primero que nada: escuchar, no importa la manera (Internet, Musimundo, robo a mano armada) el único, hasta ahora, larga duración de Carla Bruni: Quelqu'un m'a dit. Sólo una chica (hermosa, por añadidura), su guitarra y su voz, susurrando palabras de amor en francés. Queda confirmado: las cosas más tristes y bellas, como bien supo Edith Piaf, sólo se pueden decir en francés.
Estuve pensando seriamente (sic) en usar este disco como test drive: si una chica me gusta, y no muere de melancolía con Le ciel dans une chambre (track 6), mi mano acusadora señalará la puerta abierta, y se irá sin decir una palabra, hacia la ominosa noche del olvido.
2. Leer el ensayo de Carlos Enrique Abraham Borges y la ciencia ficción. Editado por Quadrata, se consigue en cualquier lado por 9 mangos y es la primera aproximación seria a los vínculos del escritor máximo con este género tantas veces despreciado por los amantes de la literatura “culta”. Se da el gusto, con altura y argumentos, de darle con un caño a Harold Bloom, a Pablo de Santis, a Juan Jacobo Bajarlía. Pone en evidencia algo de lo que yo estaba seguro hace rato: los paralelismos, estructurales y contextuales, entre Borges y Lovecraft.
Vaya mi aplauso para Carlos.
3. Ver la película imprescindible del año. No, no es El Código Da Vinci (que está buena igual) o X Men III (impresionante); mucho menos, alguna del rebuscado cine por el que se babean los fanáticos del BAFICI. No; lo que hay que ver sí o sí es Los Piratas del Caribe: El cofre de la muerte.
Tal vez sea un lugar común decir que esta cinta tiene “de todo”: comedia, acción, romance, monstruos al por mayor. Pero en este caso, nada sobra, para producir un tanque arrasador, una especie de respuesta de Hollywood a las basuras como Closer. Qué drama intimista ni tres carajos: lo que yo quiero es que me persigan los caníbales, navegar a bordo del Holandés Errante con su tripulación de deformes condenados, ser amenazado por el Kraken, que me salve de una pelea de bar de marineros una chica disfrazada de hombre, dispararle tiros de arcabuz a un mono inmmortal.
Así, enumerados sin ton ni son, parecen hechos absurdos. Pero de tal modo está formada nuestra vida, por más que intentemos hallarle un orden lógico a los acontecimientos.
Fui fervorosamente acompañado por Abril -“Papá está loco”, no se cansa de repetir con una sonrisa inmensa-, que disfrutó tanto como yo y sigue ansiosa por la tercera parte de la historia. Es más, entre Vecinos invasores, Patoruzito 2 y este film no dudó en su elección.
Estas películas, y no otras, son las que me hacen llorar.
4. Por último: Dejar lo que estén haciendo a las siete de la tarde, y sin importar el lugar, salir a caminar, a ver el cielo que declina, a respirar el aire del crepúsculo, el perfume de la noche que llega.
jueves, agosto 03, 2006
El Cementerio de La Plata
Conseguí ubicar la tumba de Alberto Jorge Irisarri. Ver al final del post.
****
Mucho tiempo ha pasado desde la primera vez que fui al camposanto de la ciudad de La Plata, pero no deja de ser llamativo que recién ayer, dos de agosto de 2006, llevé una cámara fotográfica.
Conocí este cementerio en 1990, en circunstancias algo penosas (sacaban de la tierra al padre de la que era mi novia en ese momento, para pasarlo a un nicho). Luego tuve oportunidad de volver muy seguido, y ya les contaré por qué. En julio de 1997 filmé un video para la Facultad de Periodismo, que pueden ver al final del post (¡paciencia!).
Caí en un día de frío polar, ideal para estos peculiares paseos que tanto me gustan.
Éste es el frente, diseñado por Pedro Benoit, el mismo arquitecto que proyectó el trazado de La Plata. Haciendo click sobre la foto para agrandarla, pueden ver en detalle los símbolos del frontispicio, que obviamente remiten a la idea de la muerte y la vida en el más allá: la corona, la palma, la antorcha, la antorcha invertida. Estos símbolos se repiten en muchos panteones, no sólo acá, sino de todos los cementerios que he visitado.
A izquierda y derecha de la entrada se extienden dos galerías extensas, de varios cientos de metros de longitud. Allí se ubican los nichos más antiguos. Impresiona el grosor de las columnas, que como en el caso de los templos griegos, son más anchas en la base, de modo que si uno está al pie y mira hacia arriba, tiene la ilusión óptica de que las estrías son paralelas.
Este bello paisaje me dio la bienvenida.
Y éste.
En un lugar de privilegio está la tumba de Pedro Palacios, más conocido como Almafuerte, quizás la figura cultural más importante que ha salido de esta tilinga ciudad desde su fundación. Si uno conoce algo de la obra de este poeta, le puede llamar la atención la cruz al lado de su nombre; supongo que fue un detalle posterior, que él jamás hubiera aprobado.
Y empezó mi vagabundeo entre las bóvedas. Más tarde calculé que debo haber caminado unos siete kilómetros. No está mal. En el primer libro de fotografía que tuve, que me regaló la tía Nelly a los nueve años, dice que un bosque es un "paraíso fotográfico". Para mí, ese lugar es un cementerio. Constituyen verdaderos museos de arte y arquitectura popular, abiertos permanentemente y gratis. Nunca me canso de deambular; la idea de la muerte no me afecta; el gozo estético prima, y de todos modos en la muerte también puede haber poesía.
Vean sino la placa que estos amigos de un tal J.C. Mateo le han dejado. Me encanta ese dibujo. Y la frase: "Jamás olvidado".
También hay miles de historias que jamás fueron contadas. Esta losa, por sí sola, es el comienzo de una novela.
No puedo negar, aparte de mi sangre sanlorencista, mi filiación tripera. Vaya este recuerdo para el amigo Juan T. Erbiti.
Aquí encontré algo llamativo, entre tanto gris y marrón de óxido. Vean el colorido de este mausoleo. Me encanta el Fénix sobre su nombre.
Navegando por los pasillos, solitario necronauta.
Un afortunado golpe de vista ('You may be my lucky star, but I'm the luckiest by far', canta Madonna) me llevó a admirar la torre de la iglesia del cementerio. No recordaba su precioso estilo art déco, tan diferente del resto del edificio. Me maravilló el hecho de que los casi diez años que habían pasado desde mi última visita, me habían enseñado a 'ver' la torre.
La entrada del templo está fuera del cementerio, así que le tomé más fotos al salir. Vean al final (pero sigan leyendo, por favor).
Esta pirámide, que mi compañera Soledad llamó "delirio faraónico", es ni más ni menos que un cenotafio en recuerdo de los caídos el 9 de junio de 1956, la matanza de peronistas en José León Suárez que Rodolfo Walsh bien contó en Operación Masacre. Miren acá y acá.
Entre tanto art nouveau trucho que vi, algunas cosas geometrizantes me gustaron mucho. Como este mausoleo.
Y un hallazgo. Esto es algo difícil de definir. No pude determinar si fue construido así, o si la parte superior fue agregada después. Los mosaicos del saledizo, además del delirio en la construcción, me remitieron inevitablemente a Gaudí.
Detalle del anterior. "Resurrección. Alegoría. Aleluya". Otra tumba egipcia. Ésta, completa, simulando un templo.
Llegué aquí y me quedé quieto un rato. La imagen de la vieja carretilla bajo el pino, el silencio, las cortinas, todo me hizo sentir como si estuviera en casa. (Ya sé que van a pensar que estoy loco. No me molesta.) Pensé "quiero vivir aquí". La sensación, en este caso, no duró un segundo, sino muchos. Muchos.
Más geometría. Y me llamó la atención el nombre. "Familia Del Mar". Me hizo pensar en un templo místico dedicado a los antiguos y desconocidos dioses de la perdida Atlántida.
He aquí uno de los vecinos más famosos del barrio: Matías Beheti, (a) "El Temulento".
Cuando se fundó La Plata, en 1882, ya existía hace rato Tolosa, con su viejo cementerio. Al inaugurarse el de la ciudad capital, los cadáveres viajaron un rato hasta su destino definitivo. Y he aquí que una noche, el cuerpo de Matías Behety, cuyo cuerpo fue hallado momificado y reconocido por un amigo, uno de los poetas del movimiento Primavera Fúnebre, junto a, por ejemplo, Francisco López Merino -compañero de andanzas de Borges-, se puso a 'echar luces', es decir, brillaba con luz propia. No poco tumulto causó el asunto, en aquellos quietos años de fines del siglo XIX. Vean acá, busquen por Behety.
Vean que otros amigos también piensan como yo. Cuatro horneros tiene esta cruz.
Un espléndido ejemplo de qué hacer con mucho mármol negro.
El mausoleo particular más grande del lugar es éste, perteneciendo a Victorio Berisso. Ahora la entrada está tapiada, pero en 1993 estaba prácticamente abandonado y cualquiera podía entrar, con mucho cuidado por si algún pedazo de antigua sillería caía del techo. Precisamente, en mi casa tengo uno de esos trozos...
A través de una ventana oxidada, este panorama. Féretros abandonados, cubiertos de tierra por décadas. Quién se atreverá a ir hasta allá abajo.
Y dejé para el final del paseo un hermosísimo panteón, perteneciente a la Societá Unione y Fratellanza, nombre que me suena a masonería italiana.
Delante de esa puerta, en ese banco, bajo esa serena belleza en piedra, me he sentado muchas veces.
Entre 1993 y 1998 trabajé en un correo privado, donde lo único que hacía era repartir, durante tres días al mes, la revista y la boleta de Multicanal. De esos días, uno de ellos lo terminaba en la calle 31, en el barrio que vive del cementerio, cuadras y cuadras de florerías y marmolerías. Al final de todo, entraba al camposanto, caminaba hasta este mismo panteón, me acomodaba en este mismo banco, y comía los sánguches de jamón y queso con que nos proveían nuestros preclaros jefes. Y mientras tanto, esa serena belleza en piedra me miraba, o yo creía (quería) imaginar que me miraba.
Ella.
Inscripción lateral del panteón. "...el frío abrazo de la muerte."
Me quedé fascinado por el diseño de esta ventana y este detalle del panteón. Tampoco los recordaba. Mi amada Geometría, dormía en mí, despertó.
Despedida. Adiós, o tal vez Hasta que volvamos a encontrarnos, en otras circunstancias, en otro mundo.
Y, finalmente, he aquí la fachada de la iglesia del cementerio. Repito: la torre es muy interesante. Soledad dijo, también, que el remate parecía "incompleto".
(Busqué infructuosamente un mausoleo que sólo vi una vez, también en estilo egipcio, sobre el que habían instalado una increíble esfinge de bronce. El recuerdo es como el de un sueño. No quise preguntar por él; a ciertos sitios uno debe llegar solo.)
Last but not least: He aquí, YouTube mediante, el video aquel que filmamos una heladísima mañana de julio de 1997. De todo lo que sucedió aquel día, recuerdo el licor de mandarina que, envasado en una botella plástica de alcohol fino, me había dado el tío Ricardo (esa mañana había llegado, escapado clandestinamente con Carina, de Santa Teresita), y que nadie quiso probar salvo yo; recuerdo a Cecilia haciendo pasos de ballet entre las tumbas; recuerdo una interesante charla con uno de los trabajadores del cementerio de la que he olvidado, lamentablemente, los pormenores; recuerdo, sobre todo, a Cecilia.
******
Actualización, casi 11 años después (!)
Solo vengo a dejar constancia de que hace pocos días, ya en febrero de 2017, logré hallar la tumba de Alberto Jorge Irisarri. Conseguí también información sobre él, un joven piadoso que falleció a los 14 años. Pero eso es otra historia, y muy larga, aún por venir.
martes, agosto 01, 2006
Primero de agosto
Hoy cumple años XYZ.
Para ella, con todo mi amor, va este texto.
Poema V
Yo estaba muerto bajo los grandes soles, bajos los grandes soles fríos.
A través de mi llanto
oigo el agrio sudor de la precocidad.
Yo vuelvo sobre un musgo
y las ciudades crecen a la aventura hasta la noche del estupor.
Miseria.
Dios pesa.
Me llaman vientos de mar.
Van y vienen en grandes cambios; se alargan en saltos irritados
que apagan mi temblor, que exasperan los sueños.
Jamás podré seguir.
Yo me veo colgado como un cristo amarillo sobre los vidrios pálidos del mundo.
Jacobo Fijman
domingo, julio 30, 2006
Robert Schumann, 1810-1856
Ayer, 29 de julio, se cumplieron 150 años del fallecimiento de uno de los mejores compositores románticos. Poco escuché por ahí de este aniversario; será que esta música ya no vende.
Robert Schumann no tuvo una vida fácil. Murió en el manicomio, como Maupassant y Hölderlin.
Dejó demasiado. Con el Concierto para piano, hubiera bastado.
Vaya mi recuerdo, desde un lugar infinitamente lejano en el tiempo y en el espacio.
Robert Schumann no tuvo una vida fácil. Murió en el manicomio, como Maupassant y Hölderlin.
Dejó demasiado. Con el Concierto para piano, hubiera bastado.
Vaya mi recuerdo, desde un lugar infinitamente lejano en el tiempo y en el espacio.
sábado, julio 29, 2006
Mis Celáneas I.2006
Hoy, para Diego
Después de mucho tiempo (la última vez fue para fin de año 2005), vuelven las maravillosas MisCeláneas a El Navegante Solitario. Era hora.
1. El granizo que cayó sobre Buenos Aires el miércoles me impresionó sobremanera. Fue inevitable pensar en El día después de mañana, en los ciclos que se cumplen, en que tal vez estén llegando los últimos tiempos. Pero también es cierto que, de vez en cuando, suceden hechos extraordinarios, y que es probable que el mundo siga funcionando como siempre; esas cosas son como una válvula de escape para la, en general, modesta realidad.
2. Granizo como huevos de gallina. Otras lluvias: "Lluvias negras, lluvias rojas, caída de mil toneladas de mantequilla. Nieve negra, nieve rosa, pedrisco azul, pedrisco con gusto a naranja. Yesca, seda, carbón". Lean a Charles Hoy Fort. Lean "El libro de los condenados". Lectura imprescindible antes de morir:
"Lluvias y nieves negras, lluvias de tinta copos de nieve negros como el azabache. Cayeron en Irlanda, en mayo de 1840, sobre un distrito de 80.000 hectáreas, acompañadas de un olor fétido y desagradable. La lluvia de Castlecommon, Irlanda, el 30 de abril de 1887, 'densa, negra lluvia' Una intensa lluvia negra en Irlanda, los 8 y 9 de octubre de 1907, 'dejando en la atmósfera una horrible pestilencia'. La explicación ortodoxa, aparecida en Nature, 2 de marzo de 1908, hace intervenir nubes de lluvia venidas de los grandes centros industriales de Gales del Sur, atravesando el canal irlandés".
3. Aparece nuevo candidato para Mejor Disco del Año. Esta vez, se trata de un casi desconocido compilado que hallé de mera casualidad en Internet: Punk Goes Pop. Allí una melange de grupos skas y punks arremete contra famosísimos temas pop de los últimos tiempos y en más de una ocasión la versión supera al original. Por caso: Dynamite Boy cantando I Want It That Way, de los Backstreet Boys, o Yellowcard covereando Everywhere, de Michelle Branch. Muy recomendable. Se lo pueden bajar de acá.
4.Volviendo, de alguna manera, a la parte 1., he aquí las increíbles nubes que se pudieron apreciar desde el balcón de mi casa, el día después de la granizada (el día después de antes de ayer...).
5. ¿Se acuerdan de cuando MTV era un canal interesante y pasaban lindos videos, y no era una sucesión de realities con rubios imbéciles y seudo latinos?
6. Película imprescindible, hoy por hoy: ¿Quién es Jackie Chan? A cada rato repiten en el cable y por aire (maravillosos sábados a la tarde) esta mezcla de ballet de artes marciales, aventuras, espionaje y ecología.
7. Sigue sin aparecer aquella que perderá su vida a mi lado. A esta altura, la misantropía absoluta es una tentación difícil de frenar. La soledad es gloriosa, pero siempre se vive al límite de caer en el solipsismo.
martes, julio 25, 2006
La ira del manso
Mi amigo Nicolás tiene, desde hace un tiempo, una banda con unos amigos: La ira del manso. Vienen tocando en varios lugares de La Plata y alrededores. Siempre amagué con que iba a ir un recital, hasta que pude estar allí, en el Centro Cultural Daniel Favero, de 40 y 117, el sábado 22 de julio.
Hacía frío. Llegué caminando, bordeando la vía, superando la oscuridad. No había mucha gente en la calle. Pensaba que llegaba tarde. Y en eso, ya llegando a la esquina, me abarajó Nico. "Todavía no arrancamos, estamos esperando que llegue más gente", me dijo. Entré y me mandé directo al bar. Compré una lata de 500cm3 de Quilmes y me dirigí a la sala.
El lugar es chiquito, pero tiene buena acústica. Piso de madera, techo muy alto, angosto. Evidentemente es un lugar para teatro. Pero igual se la bancó bien. Lo primero que me llamó la atención fueron las estrellas que decoraban el escenario. "Toda la tarde recortando estrellitas", me dijo Nico entre risas. Miré alrededor. A las 2 de la mañana, pocos minutos antes del comienzo del recital, seríamos unas cuarenta personas. La mayoría, sentados en el piso.
Luego afinaron un poco. Tardaron algo en ajustar el bajo: "Quiero que vibre el piso", aseguró el sonidosta. Y ya éramos más, quizás unos ochenta, cuando sonaron los primeros acordes.
Reconozco que me sorprendieron. Sólo había oído un mp3 de ellos, y me habían parecido más refinados, algo así como unos Catupecu con Gancia y limón. Pero en vivo, me asaltaron imágenes de The Strokes (aquí en la Argentina, casi desconocidos, casi de culto, casi famosos) y de muchos grupos punks.
Reconozco que lo mejor, por ahora, de La ira del manso, es lo musical. Todos tocan muy bien. Los temas suenan muy bien. La voz suele ser un problema en estos recitales, además de que es el instrumento más delicado. A lo que voy, es que a veces al cantante no se le entendía lo que decía.
Acá les dejo un video. No pidan sonido cuadrafónico: es lo que mi camarita me permite. Más que nada, es para que se den una idea de lo que fue el recital.
Las letras, poesía y rebeldía adolescente. Veremos cómo siguen evolucionando. En resumen, valió la espera, el frío, caminar por la oscuridad. Estuvo bueno. Vuelven a tocar, junto a otras bandas, el 19 de agosto. Prometo ir. Y les recomiendo ir.
Nico, transpirado después del recital.
PD: Tocaba otra banda después: Norma. Pero estar una hora sentado en el suelo me hizo doler la espalda. Lo siento.
Hacía frío. Llegué caminando, bordeando la vía, superando la oscuridad. No había mucha gente en la calle. Pensaba que llegaba tarde. Y en eso, ya llegando a la esquina, me abarajó Nico. "Todavía no arrancamos, estamos esperando que llegue más gente", me dijo. Entré y me mandé directo al bar. Compré una lata de 500cm3 de Quilmes y me dirigí a la sala.
El lugar es chiquito, pero tiene buena acústica. Piso de madera, techo muy alto, angosto. Evidentemente es un lugar para teatro. Pero igual se la bancó bien. Lo primero que me llamó la atención fueron las estrellas que decoraban el escenario. "Toda la tarde recortando estrellitas", me dijo Nico entre risas. Miré alrededor. A las 2 de la mañana, pocos minutos antes del comienzo del recital, seríamos unas cuarenta personas. La mayoría, sentados en el piso.
Luego afinaron un poco. Tardaron algo en ajustar el bajo: "Quiero que vibre el piso", aseguró el sonidosta. Y ya éramos más, quizás unos ochenta, cuando sonaron los primeros acordes.
Reconozco que me sorprendieron. Sólo había oído un mp3 de ellos, y me habían parecido más refinados, algo así como unos Catupecu con Gancia y limón. Pero en vivo, me asaltaron imágenes de The Strokes (aquí en la Argentina, casi desconocidos, casi de culto, casi famosos) y de muchos grupos punks.
Reconozco que lo mejor, por ahora, de La ira del manso, es lo musical. Todos tocan muy bien. Los temas suenan muy bien. La voz suele ser un problema en estos recitales, además de que es el instrumento más delicado. A lo que voy, es que a veces al cantante no se le entendía lo que decía.
Acá les dejo un video. No pidan sonido cuadrafónico: es lo que mi camarita me permite. Más que nada, es para que se den una idea de lo que fue el recital.
Las letras, poesía y rebeldía adolescente. Veremos cómo siguen evolucionando. En resumen, valió la espera, el frío, caminar por la oscuridad. Estuvo bueno. Vuelven a tocar, junto a otras bandas, el 19 de agosto. Prometo ir. Y les recomiendo ir.
Nico, transpirado después del recital.
PD: Tocaba otra banda después: Norma. Pero estar una hora sentado en el suelo me hizo doler la espalda. Lo siento.
miércoles, julio 19, 2006
Desparramo
Bueno, no fue mi intención, pero al hacer un par de experimentos con Wordpress.com, puntualmente, un intento de exportación de blog, se descajetó el formato de lo que están viendo. Se perdieron todos los saltos de línea.
Hoy ya no, pero voy a intentar recuperar la forma en los próximo días.
Hoy ya no, pero voy a intentar recuperar la forma en los próximo días.
Sólo poesía
El fénix
Soy el último en tu camino
La última primavera la última nieve
El último combate por no morir
Estamos abajo más arriba que nunca
.................................
Hay de todo en nuestra hoguera
Manzanas de pino sarmientos
Pero también flores más fuertes que el agua
Barro y rocío.
Pisamos la pasión la pasión nos corona
A nuestros pies insectos pájaros hombres
Van a volarse
Los que vuelan van a posarse.
.............................
El cielo está claro la tierra sombría
Pero el humo se va al cielo
El cielo perdió todos sus fuegos
El ardor quedó sobre la tierra.
.............................
La pasión es la nube del corazón
Y todas las ramas de la sangre
Ella canta nuestra música
Y disipa el vaho de nuestro invierno.
.............................
De noche y con horror llameó el dolor
La ceniza floreció en alegría
Damos siempre la espalda al ocaso
Todo tiene el color de la aurora.
Paul Eluard
(versión de César Fernández Moreno, para De La Flor, 1968)
Soy el último en tu camino
La última primavera la última nieve
El último combate por no morir
Estamos abajo más arriba que nunca
.................................
Hay de todo en nuestra hoguera
Manzanas de pino sarmientos
Pero también flores más fuertes que el agua
Barro y rocío.
Pisamos la pasión la pasión nos corona
A nuestros pies insectos pájaros hombres
Van a volarse
Los que vuelan van a posarse.
.............................
El cielo está claro la tierra sombría
Pero el humo se va al cielo
El cielo perdió todos sus fuegos
El ardor quedó sobre la tierra.
.............................
La pasión es la nube del corazón
Y todas las ramas de la sangre
Ella canta nuestra música
Y disipa el vaho de nuestro invierno.
.............................
De noche y con horror llameó el dolor
La ceniza floreció en alegría
Damos siempre la espalda al ocaso
Todo tiene el color de la aurora.
Paul Eluard
(versión de César Fernández Moreno, para De La Flor, 1968)
jueves, julio 06, 2006
Jueves Poesía
En estos días extraños, húmedos, cuando quisiera que las palabras que salen de mi boca sean como tigres, cuando mi sangre hierve como el mar, en estas tardes larguísimas de invierno en las que me siento a escuchar música vieja y pensar en notas nuevas; no hay más que poesía.
Out of the Rolling Ocean, the Crowd
1
OUT of the rolling ocean, the crowd, came a drop gently to me,
Whispering, I love you, before long I die,
I have travel’d a long way, merely to look on you, to touch you,
For I could not die till I once look’d on you,
For I fear’d I might afterward lose you.
2
(Now we have met, we have look’d, we are safe;
Return in peace to the ocean, my love;
I too am part of that ocean, my love—we are not so much separated;
Behold the great rondure—the cohesion of all, how perfect!
But as for me, for you, the irresistible sea is to separate us,
As for an hour, carrying us diverse—yet cannot carry us diverse for ever;
Be not impatient—a little space—Know you, I salute the air, the ocean and the land,
Every day, at sundown, for your dear sake, my love.)
Mejor que yo lo dice Walt Whitman.
El corazón es un tirano.
miércoles, junio 28, 2006
Laprida 3. El Balneario
A la mañana siguiente de mi viaje al Cementerio y de mi primera visita a la Feria del Libro (siguiente y último post), fui a tomar unos mates con Carlos Crespo, el papá de Marcelo, mi amigo lapridense.
Este es Marcelo, que no sé si estará muy de acuerdo con aparecer aquí.
Charlamos un buen rato y me ofreció llevarme a dar una vuelta por el Balneario, que está por el mismo camino del camposanto, pero hay que doblar antes hacia otro lado (recuerden esta foto, y se ubicarán).
Aquí pueden ver un pequeño instante del viaje, en la máquina, un Peugeot 404 impecable.
Llegamos y lo primero que me impactó fue el frío. Estaba acostumbrado a a esas cosas en el pueblo, sobre todo viniendo de la húmeda y pegajosa ciudad de La Plata, pero con todos los mates que habíamos tomado con Carlos, se me había llenado la panza de agua y sentía una ola de frío que avanzaba desde mis pies hacia arriba.
El viento, imposible.
Igual, todo es una belleza. El Balneario está construido alrededor de una gran pileta, al lado de una laguna que ya existía. En la laguna se siembran peces, sobre todo salmones, para la pesca deportiva. La piscina, de gran superficie, y que ahora en invierno se vacía por completo, es de uso público y gratuito. Por lo se cobra es por acampar; yo estuve una semana en enero de 1997 y la experiencia de nadar de noche, y en las primeras horas de la mañana, cuando el sol ya quema el sobretecho de la carpa, fue magnífica.
Estuvimos caminando con Carlos bajo un monte de eucaliptos. Las hojas tapizaban el suelo.
Me contó que todos los veranos, un artesano proveniente de Olavarría viene a tallar este
tronco. Cada visita lo va perfeccionando.
Y he aquí la laguna, solitaria esa mañana.
Cada vez que voy, más me convenzo de que Laprida es un lugar donde podría quedarme a vivir, algún día. Me encantaría ir en invierno al balneario, con un libro, un termo con mate, sanguchitos, algo de fruta. Por qué no, con una computadora portátil (puede ser un block) e ideas para escribir. A algunos, la soledad los vuelve locos. Para mí es necesaria.
Antes de volver, le pedí a Carlos que me deje retratarlo con su precioso auto. Vean.
Para el final, la Feria del Libro.
viernes, junio 23, 2006
(Un paréntesis para James Blunt)
Antes de seguir con el relato de viaje, no quiero dejar de mencionar el que para mí, días antes de llegar a la mitad del año, es el mejor disco de 2006. Me refiero a Chasing Time, un larga duración acústico, grabado en vivo en Irlanda, de James Blunt.
Tal vez sea un lugar común decir que las versiones acústicas resignifican las canciones, y me viene a la memoria de inmediato el MTV Unplugged de Nirvana, a mi juicio el mejor disco de los 90, donde el combo de Seattle se rehizo de las cenizas. Por su parte, el "bueno de James" eleva aún más el grado de melancolía inglesa que ya posee Back to Bedlam y logra un disco notable. Destaco las versiones de High (imperdible final: sometimes it's hard to believe... you remember me); At Your Feet, un clásico de Crowded House, que mejora con esta versión casi a capella; y, sobre todo, la canción más triste del mundo, Tears and Rain, con una interpretación vocal bastante riesgosa y que pasa del bajo al falsete de manera impecable.
Aquí les dejo la letra de esta canción, que se ha convertido en una (¡una más!) de mis obsesiones. Y además, menciona a Dorian Gray, como Amaral en Moriría por vos.
Mientras tanto, yo muero, ya no sé por quién.
James Blunt - Tears And Rain
How I wish I could surrender my soul;
Shed the clothes that become my skin;
See the liar that burns within my needing.
How I wish I'd chosen darkness from cold.
How I wish I had screamed out loud,
Instead I've found no meaning.
I guess it's time I run far, far away; find comfort in pain,
All pleasure's the same: it just keeps me from trouble.
Hides my true shape, like Dorian Gray.
I've heard what they say, but I'm not here for trouble.
It's more than just words: it's just tears and rain.
How I wish I could walk through the doors of my mind;
Hold memory close at hand,
Help me understand the years.
How I wish I could choose between Heaven and Hell.
How I wish I would save my soul.
I'm so cold from fear.
I guess it's time I run far, far away; find comfort in pain,
All pleasure's the same: it just keeps me from trouble.
Hides my true shape, like Dorian Gray.
I've heard what they say, but I'm not here for trouble.
Far, far away; find comfort in pain.
All pleasure's the same: it just keeps me from trouble.
It's more than just words: it's just tears and rain.
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