jueves, marzo 10, 2005

Tres soles

En alguna época que hoy parece muy lejana, me dedicaba desde este blog a comentar y recomendar películas. Hoy, mientras tomo mate en casa y el sol de la mañana inunda la habitación (parece una canción de Montaner), les recomiendo, no, les ruego encarecidamente que escuchen tres discos imprescindibles. No puedo salir de ellos y eso que la obsesión es para mí una costumbre. Son: "Blink 182", el último álbum de la banda homónima; "Bossa'n'Beatles", de Rita Lee; y "Ok Computer", de Radiohead. 1) Blink 182 produjo una maravilla dark, el más triste de los álbumes de esta banda que suele catalogarse como de punk rock para adolescentes skaters. Si saben inglés, escuchen o bajen y lean las letras de las canciones. Son terribles. En el hit más conocido del disco, "Miss You", el cantante le dice a una chica "podemos vivir como Jack y Sally...". Jack y Sally, los protagonistas de "The Nightmare before Christmas". Suficiente razón para enamorarse del álbum. Y hay más. Sobre todo, "All of this", una canción al mejor estilo The Cure. 2) Más de uno me va a retrucar que hacer discos con versiones de los Beatles es como recitar poemas de Borges, siempre vas a quedar bien con semejante material. Y no es tan fácil: los originales son tan perfectos, que o bien tratás lastimosamente de imitarlos al estilo de Danger Four, o te rompés la cabeza para lograr algo distinto. La segunda alternativa cuesta; a veces salen horrores como "All my Loving" en flamenco, pero puede dar magníficos resultados. Y este es el caso de Rita Lee. Todas las recreaciones son hermosas; me quedo particularmente con "Lucy in the Sky with Diamonds", que me gusta tanto como la original. 3) ¿Qué más se puede decir de este disco? Probablemente el mejor CD de los 90s. Es la tristeza absoluta. La tristeza anglosajona que fluye como miel desde las melancólicas costas envueltas en la niebla. La tristeza del aislamiento y de los barcos que se van y de las noches célticas. La tristeza que sigue una tradición: de John Dowland a Radiohead, pasando obviamente por los Beatles y Pink Floyd, y no tan obviamente por Conrad, Keats, Shelley, Wilde. Ya ven en que malgasto mis horas robadas a la muerte. No pido que me imiten; me alcanza con que les den una oportunidad a estas canciones. No le van a arreglar la vida a nadie, pero está bien si les arrancan una sonrisa o una lágrima. Nadie puede quedarse indiferente.

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