viernes, octubre 28, 2005

a partir de aquí los acontecimientos se precipitan

Hoy pensaba escribr sobre el fabuloso atardecer, o la visita al Palacio de Aguas Corrientes, o las lágrimas que no pude evitar en el Museo del Holocausto, o mis vicisitudes con los lectores de microfilmes en la Biblioteca del Congreso. Pero cuando venía en el tren de City Bell, muerto de frío gracias a mis bermudas y buzito (había estado enseñando un poco de trigonometría plana), me llamaron por teléfono y cambiaron mi perspectiva del día entero. Resultó ser la abogada que está llevando mi divorcio. Y resultó que mañana por la mañana tengo que firmar la demanda. Y resultó que si todo va bien, en un par de meses estaré libre. Libre para volver a cometer tropelías como, digamos, casarme de nuevo. Libre. Tengo una sensación extraña. Solo en este departamento de Capital (Robert salió a comer con amigos), escuchando a La Oreja de Van Gogh (mortal, Sin miedo a nada, con Alex Ubago), mirando fotos que quizás no debiera, leyendo libros bizarros, mientras en mi mente hay otro que piensa otras cosas, en funcionamento paralelo. Y eso otro piensa en lo extraño que es ser libre por decreto. Estoy condenado a la libertad (el mundo es una cárcel y la puerta está abierta, ya no recuerdo quién dijo eso). Y me duele. No es gataflorismo; es un inevitable sentimiento de fracaso, de sentir que los años que le dediqué a esa pareja fueron años en vano, que toda esa energía fue a parar a la basura. I’ve got too much life running thru my veins going to waste, canta Robbie Williams en Feel. Es algo así. En fin. No puedo negar que estoy (un poco amargamente) feliz. Cierro una puerta para abrir otras, o no. Es mi decisión. *** 11 de noviembre, Amaral en Buenos Aires. Ampliaré en brevedad. Corazón estalla.

4 comentarios:

Huan dijo...

No lo sigo muy de cerca en eso de "tirar los años a la basura".

Imaginate aun casado, trabajo bien remunerado, hijos felices, sexo garantizado.
¿Es eso felicidad? No... eso es experiencia. Tan útil o inutil como lo fue tu divorcio.

Triste vas (vamos) a ser siempre. Es tu (nuestra) manera de procesar el mundo.
La experiencia ganada con los años no se tira a la basura. Hechando a perder se aprende. ¿Qué se aprende? Se aprende a hechar a perder, por ejemplo.

Anónimo dijo...

Algo así como "Quién te quita lo bailado?"

Saludos.

Val... dijo...

No vas a tirar esos años a la basura, esa relacion sirvio muchisimo de experiencia, ya sabras (talvez sin saberlo) cuales son las cosas que "no debes" vgolver a hacer y cuales puede que vuelvan a gustar, quizas nos fueron errores tuyos y sabras como detectarlos en el otro.Mar... Pasado pisado, pero nunca olvidado que sirva de experiencia para experiencias venideras!!!!

Mar:Mi mama ve mis errores nada mas!!! no hay con que darle por mas que le baje la luna porque me la pidio termina quejandose porque le conciento los caprichos!!!! Prometo pasar!!!! (en este instante loharia pero hay una vieja que me llama cada 4 segundos pensando que por atender un cyber conosco las respuestas a los dilemas munidales!!!)<<<<< CUMPLI Y PASE BESOOOOTES

Nidesca dijo...

Los ciclos que se cierran siempre traen algo de tristeza, ahora sales por esa puerta que está abierta y ya no eres el mismo porque llevas contigo vivencias acumuladas que no siempre te salvarán de volver a equivocarte, pero forman parte de ti y eso de alguna manera te enriquece. ¿Qué sería de nosotros si no nos equivocáramos? Y con respecto a ser libre, me parece que se trata de un estado interior del ser; hay gente soltera que se siente viviendo tras barrotes.
Suerte