Como siempre, estoy a las corridas. Esta vez tengo que salir disparando a casa para comer y después salir caminar un rato. En rigor a la verdad, un buen rato, ya que voy a volantear por las calles de City Bell, aprovechando la espléndida tarde. Por supuesto que a la caída de la tarde estaré abrazado a una Quilmes fría... son los pequeños placeres que nos propone la vida.
Y ¿quién sabe?, tal vez la Luna llena me sorprenda escribiendo.
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