miércoles, enero 25, 2006

Jueves Poesía (hemos vuelto)

Por fin llegamos a nuestra primera cita con la Poesía de este año. Arrancamos con esta joya, de un autor sorprendente: Alberto Vanasco. Publicó ciencia ficción (de hecho, lo primero que leí de él fue un libro de cuentos redactado a medias con Eduardo Goligorsky, Memorias del Futuro, que recomiendo fervorosamente), narrativa a carradas y preciosos poemas que no son difundidos como se merecen. Primero, lo primero. Acá va: Ella en general de buena fuente sé que tu sonrisa estalla como los frutos que tu nombre resuena como las declinaciones más antiguas que en ti todo se excede como el año se vuelca que los días te siguen hasta hacerte volar que tu boca es más suave que los saltos del universo más dulce que la memoria de las primas que tanto hemos amado es en tus ojos donde la luz desata sus mares es por ti que el mar reanuda su juego es en tu voz donde la noche amansa sus vientos propicios y es en el centro de tu risa donde el día ordena sus mástiles es a ti a quien la mañana dedica su empeño a quien prefiere la línea del mediodía por quien se preparan los hábitos del anochecer es por ti que cada nombre ha clavado sus anclas y por quien el año alberga demasiado optimismo es en tu corazón donde madura lo que está por venir (De Ella en general, 1959) Ahora: ¿dónde está la mujer que se merezca unos versos como éstos? ¿A quién alguna vez le susurraré al oído es en tus ojos donde la luz desata sus mares / es por ti que el mar reanuda su juego? El amigo Vanasco ha conseguido emocionarme hasta los huesos con esta belleza. Ojalá ustedes quieran y puedan sentir lo mismo. (la foto, tomada prestada de Coffe Waffle)

viernes, enero 20, 2006

¡Volvieron!

¿Vieron que no habían desaparecido?

The Whiteness of the Whale

He cometido la audacia de titular este post como uno de los capítulos de Moby Dick. (Mientras escribo esto, en los televisores de mi nuevo segundo hogar suena el especial de James Blunt y más de un compañero hace bromas al respecto; no importa, a mí me sigue gustando, y aviso a los amigos que ya he conseguido el disco completo en mp3). Me atrevo porque una de las noticias del día es la aparición de una ballena en el Támesis, frente al Parlamento inglés, observada por el pueblo más incrédulo de la Tierra (no en vano tienen una revista llamada The Observer). El pobre animal (hay que animarse a entrar al Támesis) parece que se perdió buscando a su compañera/compañero, disculpen, nunca fui bueno para distinguir el sexo de las ballenas, decía, se perdió, ya que su compañera/compañero quedó varada/varado (uf) allá por el Essex, como dicen los gauchos. Es decir, cerca del mar. Y nuestra ballena amiga, en contra de la marea, entró tozuda por el río hasta llegar al corazón de la capital británica. Con cinco metros, los especialistas afirman que es un adolescente, un niño casi. Esa especie llega en su adultez a los diez metros de largo. Lo peor es que no saben qué va a pasar con ella, si podrá volver al mar. ¿Terminará sus días en breve, con una inútil nostalgia de las aguas azules? Lo sabremos tal vez mañana. Entre tanto, la noche cae sobre nosotros y me abrigo con un manto de pena. Alguien me nombró hoy a Ella, y se cayeron las medias, como se dice.

jueves, enero 19, 2006

Una delicada selección de bizarrería

Días calurosos, días extraños. Ayer volcó un Trencito de la Alegría en Mina Clavero. Las imágenes eran las de una película de Tim Burton. Recién me enteré de que en Corrientes un auto chocó contra un árbol que albergaba un panal gigante. Miles de abejas embravecidas terminaron con lo que quedaba de los viajeros. Despegó una sonda que pasará como una exhalación por Plutón, y tomará datos durante seis meses, para luego dedicar sus esfuerzos al Cinturón de Kuiper, donde nacen los cometas. El amigo de la casa Osama Bin Laden hizo conocer otra cinta, en la que su voz aguardentosa (nunca lo escuché pero por una misteriosa razón me imagino que sus palabras en árabe suenan aguardentosas) anuncia más desgracias para Occidente aunque promete una tregua si le dan bola. Como verán, este post (y otros que seguirán) es producto de mi integración en el entorno de trabajo de la agencia. Todo el mundo está aceleradísimo, cuando parece que en realidad no sucede nada importante. Hoy tuve la oportunidad de escribir mi primer nota: un opúsculo de 1600 caracteres sobre la sonda que lleva tan lejano destino. Mañana la podrán leer en la página de Extra, el diario que hacemos aquí. Es divertido, es raro, es justo para mí. Soy el hombre indicado en el momento indicado, en un lugar en el que soy un lobo estepario esperando el momento del zarpazo.

miércoles, enero 18, 2006

Hoy

Puede ser que el día sea hoy, dice Amaia Montero en una canción de La Oreja de Van Gogh. Pues bien, hoy empiezo a moverme en un ámbito nuevo. Vuelvo al periodismo, a sentir la pulsión de la escritura como urgencia porque mañana desaparece, a vivir a las corridas. Levanto la vista y un televisor está clavado en la sonrisa de Jessica Cirio. A mis espaldas charlan varios colegas. Tengo un diario sobre la falda, y pienso que Abril está lejos. Fue a visitar a su abuelo a Corrientes. Me hubiera gustado darle la noticia personalmente. El día es hoy, el sol brilla hoy, las cosas empiezan a encarrilarse hoy de nuevo. Tengo que llamarlas... ellas saben quiénes son y por qué.

sábado, enero 07, 2006

¿Y ahora qué?

Buenas. ¿Qué hacemos ahora? No es fácil empezar después de un balance. Todavía me duele la cabeza del lechón con cerveza de navidad, y el calor que está haciendo (se anuncian 39 o 40 grados Celsius para mañana, y sin signos de detener su avance) no ayuda. Pero no desesperéis. Habrá novedades blogueras este año. Y continuaremos con las tradiciones, como por ejemplo las poesías. Disculpen el faltazo de ayer, viernes 6 de enero, pero estuve comiendo el pasto que encontré en muchas ventanas y me cayó mal. Soy como los gatos, que comen hierba y se laxantean. En fin. Hasta luego.